Greta no sabía a dónde dirigirse. Sus ojos estaban enfocados hacia Zeke y Bowie, sentados con estudiantes que recordaba como Graham Erickson y Connor Lewis. Eso estaba bien porque se suponía que se sentaría con Elena y las otras chicas. Pero las dudas sobre si ir a la mesa la carcomía. Por experiencia personal, una mesa llena de mujeres nunca fue sinónimo de algo bueno.
Recordó la mesa de su casa en Oregón con personas cercanas a madre que hablaban despectivamente de sus parientes, señalando defectos con tintes venenosos. Acostumbraba a quedarse en su cuarto la mayoría de las ocasiones, pero cuando entró en la adolescencia se vio interesada en disfrutar de sacar conversación hablando de personas ausentes.
—Qué idiota fui.
Soltó un suspiro y levantó su vista al comedor. Sus ojos se encontraron con Elena haciendo señas y avanzó hacia la mesa donde reconoció a dos chicas de su grupo.
La chica delante de Elena tenía el cabello color morado y su atuendo estaba en los mismos tonos. La otra llevaba un tipo de ropa que, gracias a vivir con una diseñadora, Greta pudo deducir que era costosa. Incluso el perfume se lo hizo saber.
—Greta Baker, soy Samantha Bizet —se presentó la chica de cabello morado. Su mano se movió sobre la mesa del almuerzo—. Encantada de conocerte.
—Esta chica ya casi lleva un mes en la escuela. Ya la conoces, Sam —rezongó la persona a su lado. Samantha hizo un extraño movimiento—. ¡No me pises!
—¡Compórtate, Jude! —protestó Sam regresando su atención a Greta—. Lo lamento, nuestra capitana de porristas no conoce el concepto de ser cordial.
Greta contuvo un sonido en su garganta de asombro ante la revelación.
—¿Jude es la capitana de las porristas? —su voz intentó no transmitir su desconcierto—. Ella no debería...
—¿Sentarse con las populares? —completó Elena su oración.
—Sí —expresó Greta. Su mano se estrechó con la de Jude en signo de saludo—. De donde provengo eso parecía ser la regla —continúo cuando sus manos cayeron y se hundió en su asiento con un pequeño suspiro feliz—. Sonará raro, pero esto me pone contenta.
—No sé de qué clase de escuela estereotipada vengas, Baker. Aquí hay roles definidos, pero nadie los sigue al pie de la letra porque es imposible —respondió Jude a la mirada inquisitiva de la chica—. Incluso gente como Mary Ann tienen sus cosas —se aproximó al centro de la mesa, susurrando—. Solo vive con su madre y hermano menor. Su padre se fue con una alumna de su clase de piano a Canadá.
—La señora Carter quedó devastada —añadió Samantha—. Mi mamá dice que desde el divorcio ha estado yendo al casino todos los viernes.
Greta estaba sorprendida por las palabras de Jude, como también por el hecho de que se dijeran algo así tan abiertamente.
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Buscándote || Esto es crecer #1 || COMPLETA
Teen FictionIr a la oficina del director por quedarse dormido parecía una tontería para Ezequiel Maverick, pero todo cambió cuando se enteró del "castigo" que le esperaba y quiénes lo iban a acompañar: Greta Baker, Bowie Howard y Elena Dunne Doyle Castro. Algun...