Epílogo 1/2

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La idea de ser padre lo ponía nervioso, temía no ser un buen ejemplo, pero al mismo tiempo lo mantenía feliz. La idea de tener una familia a lado de Louis lo hacía sentirse pleno, con una alegría inquebrantable.

Habían decidido volver a vivir juntos, Louis había vendido su apartamento y había dejado su empleo cuando los malestares del embarazo se hicieron presentes y le impidieron seguir trabajando.

En unos meses viajarían a Inglaterra para la boda de su hermana, quien se casaba con su mejor amigo: Scott Davis.

Acordaron criar a su bebé en Inglaterra, en el lugar que vió crecer a su padre. Louis tenía curiosidad por saber del hogar del rizado y Harry quería darle a su pequeño dos nacionales; y hablaría dos idiomas para poder tener un poco de ambos.

Se puso en contacto con Scott, el atendería a Louis durante el resto de su embarazo hasta el parto. Tuvo que pedirle discreción, quería ser él mismo quien le diera la noticia a su familia.

Trabajó duro para poder irse a Inglaterra y construir un patrimonio para su familia.

...

2 meses después

Harry había vuelto del trabajo bien entrada la noche, Louis lo esperaba despierto bebiendo una taza de té. El rizado había tomado la brillante desición de empezar un curso meses atrás, en menos de un mes recibiría la certificación. Intentó explicarle a Louis qué era un curso y terminó dañando su propio orgullo cuando el conejo se limitó a responder...

-Tanto tiempo en la biblioteca, leyendo y desvelándote sólo por una insignificante hoja de papel? Pudiste haberme pedido una, yo no te habría dejado sin dormir, estresado y amargado-la inocencia de Louis traía misma la crueldad nada maliciosa del carácter de un niño, evidentemente, siendo un conejo, era bastante obvio que no lo entendiera, y ahora que lo explicaba con tanta simplicidad, la idea de estudiar un posgrado sólo para obtener una insignificante hoja de papel; lo hacía sentir muy estúpido.

Se carcajeó por ello hasta que lo pensó a fondo. Se remontó un par de meses atrás, recordando cierto tema que casi le costó el curso porque no lo entendió del todo. Llevaba meses estudiando sobre la puñetera anomía social, nunca le encontró el sentido, o al menos no lo había hecho hasta ahora, Durkheim hablaba sobre una imposibilidad de crear e imponer una norma sobre toda la sociedad, lo cual conllevaba a una anomía (imposibilidad). Louis se había convertido en el vivido ejemplo de una anomía en su máximo esplendor, era un ser vivo sí, hacía uso de la consciencia y la razón pero lo más importante era que no podía seguir las normas sociales que incluso él se veía obligado a tomar en cuenta. Louis se guíaba por el instinto, para él no significaban nada, porque no las entendía y no tenía la intención de hacerlo, vivía en un libertinaje absoluto hasta que la necesidad de auto sustentarse y pertenecer se hizo presente cuando se fue de casa.

Louis era el claro ejemplo de ello, tiempo atrás, jamás habría buscado pertenecer a la sociedad como un aburrido y amargado humano más. Pero cuando se fue se vió obligado a crecer y a tratar de entender las cosas que eran tan comunes para el resto de la población. Tuvo la necesidad de satisfacer ese sentido de pertenencia y de buscar una identidad.

Louis había aprendido muchas cosas luego de irse, por ejemplo: aprendió que las cosas cuestan, porque no crecen en los árboles como las frutas. Aprendió que ganar dinero no es fácil, porque este simplemente no aparece todos los días en tu bolsillo como por arte de magia. Aprendió que por mucho que ames a una persona y sepa que eres agradecido, nunca está demás dar las gracias por un obsequio un buen gesto. Además de aprender la palabra: gracias y comprender el sentimiento de estar agradecido.

La Regla De Los 3 MesesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora