Insolente pero no tuyo

Es Doloroso

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No quería ver a nadie, no quería saber de nadie, lo único que quería era esconderse y quizás no volver a ver la luz del día.

Al llegar a casa, Isabella y Susan vieron el estado deplorable en la que el azabache había llegado, observando como Emma lo cargaba con ayuda de Gillian, siendo seguidas por Anna. La adulta alarmada pregunto que era lo que había pasado pero no recibió respuesta por parte de nadie. Susan llevo el botiquín a la habitación de su hermano, pero solo fue recibido el objeto y de inmediato Ray saco a todas de su habitación.

Se sentía sucio, usado y dañado.

Estaba marcado, y sabía que eso significaba dos cosas.

La primera era que por ley se tendría que comprometer con Norman, y la segunda que es la consecuencia de la primera, su anhelada liberta y planes de tener una gata y vivir en solitario se acaban de ir por un carajo. El no quería estar con alguien, preferiría mil veces morir joven sin pareja a qué estar atado con alguien. Sabía que si un Omega no llega a conseguir pareja muere en solitario y su tiempo de vida es menos, y eso a él le valía un reverendo rabano . Pero ahora todos sus planes no existen, así de rápido como llegaron se fueron.

Se regañaba mentalmente, diciéndose una y otra, y otra vez que nunca debió confiar en él, porque sí, llegó a confiar en que ese alpha no era mala persona.—Pero que idiota— Creyó por un momento que tal vez no todos los Alphas eran iguales pero valla error que cometió, resulto ser igual que todos.

Igual que su padre.

La cabeza le dolía a montones, sumado al ardor que sentía en la marca le hacía entrar en un estrés terrible. Al diablo todos, prefiere morir a qué estar soportando estar atado a alguien que jugó con la poca confianza que le estaba ofreciendo.

Sus ataques de ansiedad eran terribles, tanto así que tenía que hacer lo de siempre para tratar de calmarse. Admirar el fuego. De entre sus cosas para dibujo que tenía saco cuadernos que ya no ocupaba desde hace mucho, tomando un encendedor que guardaba en su cajón y salir al balcón. El piso era de concreto y no había nada cerca que pudiese causar un incendio en la casa. Saco ente sus bolsillos de uno de sus suéteres en el armario un encendedor, tomando una de las libretas y prenderle fuego. Cerró la puerta que daba al balcón y se recargo en esta, pegando sus piernas a su pecho y rodearlas.

No sabía cómo explicar ese sentimiento horrible es su pecho, le dolía demasiado el corazón y el alma parecía pesarle, su mente parecía estar teniendo corto circuito ya que sus ideas no se aclaraban y no sabía que pensar con exactitud respecto a la situación. Solo se hecho a llorar, maldiciendo una otra vez el no haber sido tan fuerte como su madre y los demás veían que eran, hechando abajo todas las expectativas del Omega fuerte que era. Se sentía débil y miserable.

La herida le ardía y dolía, la sangre había dejado de escurrir pero sus ropas estaban manchadas, sus ojos rojos e hinchados por su reciente llanto y un dolor sucumbiendo su cuerpo. Se daba asco a sí mismo.

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Por otra parte, Emma bajaba de una limusinas, corriendo apresurada por el camino de piedras de la casa y entrar sin previo aviso. En el inicio de las escaleras estaban la pareja Ratri y por supuesto Oliver.

—¡Emma! ¡Por dios gracias por venir!—Dijo la albina al borde del llanto, levantándose de una de las escaleras e ir con la pelirroja.

—Tia Elizabeth ¿Cómo está Norman?—Se escuchó el fuerte ruido de algo rompiéndose del piso de arriba, dandole una completa repuesta a la pelirroja.