Secretario del Consejo

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—No.

—Sí.

—No.

—Ray.— Isabella lo miró fulminante, para que dejaran de una vez ese juego de palabras de una sola silaba.

—¿Es tan necesario?

—El simple hecho de que ahora Norman Ratri sepa de la preparatoria Neverland y de que asistes ahí es motivo mas que suficiente para que entres al instituto Minerva.

—¿Que dijo Leslie?

—Esta de acuerdo.

Ray se removió los cabellos fastidiado, gracias a que ese cara bonita sabe de su asistencia a Neverland le cambia la vida por completo. Ahora tendría que entrar a esa horrible escuela para dominantes y ese seria su primer día.

—Cambiate, ya mande a que tus cosas fuese llevadas a casa de Susan.

—Es chiste ¿no?

—Yo nunca hago chistes, Ray.

Isabella salio de la habitación, dejando a Ray con un horrible coraje. Miró el uniforme de el instituto Minerva, que consistía en unos pantalones, saco y corbata negro, mientras que la camisa de manga larga era roja. Tomo el uniforme que ya hacia colgado de un gancho, para entrar a su baño y cambiarse.

No va a negar que no estaba tan mal el uniforme, pero aun así le molestaba toda esa situación. A veces maldecía el ser un dominante.

Salió de la casa sin desayunar y subirse a su auto, que para su extraño día, Emma no se había aparecido. No le dio mas vueltas al asunto y saco de su mochila una gran cantidad de supresores para proceder a ingerir todos con ayuda de una botella de agua. Sabe que su celo no se iba a descontrolar pero aun así no podía evitar una sola falla a todo eso.

Paso alrededor de media hora cuando ya se encontraba afuera del instituto Minerva, que claro estaba que había llegado tarde por gusto propio porque no había ningún alma en los pasillos ni en el patio. Así que se dio a la tarea de ir a dirección a paso de tortuga ya que no quería estar ahí para nada.

—¡Tu!

Confundió miro hacia atrás, encontrándose el origen de la voz que era de un chico albino, uno muy guapo para que negarlo y de llameantes ojos rojos.

—¿Yo?—Señalo Ray a sí mismo.

—Si.—El chico asintió.—Debes ser Ray Grace ¿cierto?

—Así es.—Afirmo.

—Te estuve esperando hace un rato, pero no llegabas.

—Se me hizo un poco tarde.—Mintio.

—No importa.

—Tu eres...

—Oh, lamento no presentarme. Me llamo Oliver. Ven sigueme, el presidente te espera.

No dijo nada y solo se limito a seguir al albino que ya hacia caminando pasillo contrario al que iba, hasta llegar a una puerta enorme. Oliver abrió esta puerta, dejando ver a chicos tanto Alphas como omegas ir de un lado a otro, imprimiendo papeles o anotando cosas. Era como una oficina. Eso le causo un escalofrío a Ray.

—Me retiro, tengo que revisar unas cosas respecto a los clubes. Nos vemos, Grace.

—Oye espe-

De un momento a otro, había perdido a Oliver de vista.

En medio de todo ese comulgó de personas visualizo una antena pelirroja, ladeó la cabeza encontrando a su amiga platicando muy animada con alguien mientras estaba sentada encima de la mesa. Emma pareció notar su existencia porque de inmediato salto de su lugar para llegar corriendo con el azabache.

Insolente pero no tuyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora