Trato

4.3K 526 49
                                    

Ah... Así que era por eso que lo odiaba.

Había pasado aproximadamente una semana desde que confirmaba que tuvo una primera vida y para ser sinceros nada andaba bien.

Durante el día la mayoría de los miembros del consejo y de los que trabajaban ahí se la pasaban insistiendo en que él hiciera la pintura principal, no tenían tiempo para poner pinturas "mediocres" y necesitaba algo que diera honor al instituto Minerva.

  De no ser por Emma y Oliver que siempre corrían a auxiliarlo ya hubiera muerto por presión desde hace mucho, pues ya tenía suficiente con estar viendo a Norman todos los días y ya estaba lo suficientemente confundido teniendo una disputa entre si odiarlo o darle una oportunidad al pobre chico, pero todo eso cambia cuando recuerda que por culpa de ese "pobre chico" ahora estaba siendo acosado para hacer una pintura que obviamente será exhibida y no duda en que esto se ha publicado en redes y medio mundo la vea, y que para colmo solo estaba con su tierna hermana para darle hijos sangre pura. Que maldito infeliz. Y por si fuera poco había entrado en celo.

Toca la ventana tres veces, Mujika al darse cuenta que se trata de él la abre y lo deja entrar.

—¿Otra vez?

—Esta inundado de los del consejo esperando en la puerta.—Responde, dejando sus cosas en una silla y remangar su camisa, colocándose una especial de mandil en color negro y tomar varias pinturas del baúl.

—Bueno, mientras no faltes a tus actividades todo estará bien.

—Tranquila profesora, no pienso faltar con ellos.

—Lo se, eres una persona muy responsable. Ahora sigue con esto iré a revisar el de los demás.

—Claro.

Su primer trabajo de la semana era hacer algo muy sencillo, pues tenía que hacer una dibujo con las medidas de 40 por 20 centímetros, en ella tenía que hacer a una persona cercana en un ambiente cualquiera y ocupando cualquier estilo de ropa, pero lógicamente todo sacado de su imaginación. No le costó mucho, pero si le tomo un tiempo decidirse por una persona en particular hasta que se decidió por Anna. En cuanto pensó en ella sus dedos comenzaron a actuar por si solos, comenzando a hacer trazos hasta que sin darse cuenta termino dibujando a su amiga pero en una situación nostálgica pero a la vez cargada de dulzura. Cuando vio que era lo que había hecho se quedó atónito, no entendía que es lo que había dibujado pero ya estaba terminando así que no hubo más remedio que darle los últimos detalles y darlo oficialmente por terminando.

—Excelente trabajo, Ray— Elogió Mujika.

Ray por educación le agradeció y salió del lugar despidiéndose de su profesora para ir a casa.

Sus pasos eran lentos, no tenía muchas ganas de llegar a casa de Susan así que durante el trayecto disfrutaba el paisaje, admirando los enormes edificios, las personas y el cielo. Para cuando llegó se encontró con Emma en la entrada hablando con Norman. No se sorprendió aquello ya que durante la semana él albino había estado yendo a visitar a su hermana.

—¡Hola, Ray!

—Hola, Emma. Norman, mamá llamo diciendo que llegarán tarde así que-

—Te estábamos esperando a tí— interrumpió la pelirroja.

—¿Por...?

Emma se movió un poco incómoda, posicionándose a un lado de Norman para que esté tomara la palabra.

—Necesito que hablemos.

—¿Sobre...?

—La pintura.

Insolente pero no tuyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora