Omega Insolente

8.9K 815 1K
                                    

—No, de ninguna manera aceptaré.

—Ray, estas por cumplir tus 17 años ¿no crees que ya es momento de encontrar un Alpha con quien casarte? O al menos una relación.

—¿Y pasar el resto de mis días como esposa, sumiso, cuidando de mocosos y posiblemente solo estar teniendo sexo con el Alpha que me marque cada que llegue mi celo?

—¡Si!

—¡No!

La cara animada de la pelirroja se desvaneció, mostrando un puchero y cruzada de brazos para nada satisfecha con la respuesta de su amigo.

—Antes muerto quemado que estar atado a un asqueroso Alpha.

La pelirroja se detiene, comenzando a jugar con sus dedos y mostrar una sonrisa triste. Ray la miró y se maldijo por decir esa clase de cosas.

—No digo que todos los Alphas sean así ¿ok?—Trata de enmendar su error, pero sabe que de verdad le hizo mal, ya que había una 95% de probabilidades de que la pelirroja fuese un Alpha.

Remueve los cabellos alborotados de la pelirroja, haciendo una minúscula sonrisa.

—No importa, entiendo tus motivos para decir eso, Ray.—Y lo abraza como consuelo y el corresponde.—Pero tampoco me importaría verte con un vestido de novia algún día.

Ray implanta un golpe en la cabeza de Emma con las mejillas rojas, ya que por una fracción de segundo se imaginó así mismo con un vestido de cola larga y escote corazón. Aveces odiaba tanto a Emma.

^^^

—¿Seguro que no quieres cambiarte de escuela? Me siento muy solita sin ti.— Detiene su andar frente a la limusina, haciendo un expresión triste y pone ojos de cachorro regañado. Ray solo suelta una carcajada ya que el nunca cae en el "arma secreta" de Emma.

—No gracias. Es muy sofocantes ese lugar. Al menos en donde estoy todos son Alphas y omegas promedio.

—En una publica— achica los ojos mientras en su ceja derecha hay un ligero tick.

—Exacto.

—No puedo creer que Mamá te haya dejado ir a una.

Siente escalofrío, en tan solo pensar en el momento de intensidad que debieron de tener las cuatro paredes de la habitación en la que Isabella, la madre de Ray y este mismo "hablaron" sobre eso.

—No fue muy difícil.

—¿Iras a la reunión?

—Obvio no.— Sonó irritado, de ninguna manera iría a ver a uno de sus "pretendientes".

—Bueno. Me voy, nos vemos en la tarde — antes de subir a la limusina se acerco al azabache, acomodando mejor el flequillo que solo ocupaba cada vez que asistía a la escuela, según el para que no lo reconocieran.—Ahora si, Adiós.

—Adiós— se despidió, cerrando la puerta del vehículo para después emprender marcha.

Ray abrió el garaje, en donde entre los inumerables autos que había se subió a uno color gris, saliendo de la casa e ir a toda velocidad, alejándose de las mansiones y suburbios hasta llegar a las zonas medias, estacionando su auto en un edificio de apartamentos y salir. Le tomó 10 minutos llegar a una de las esquinas en donde se toma el autobús, en donde al subir noto a chicas y chicos que portaban el mismo uniforme que el de tonos blancos y negros. En poco tiempo ya había llegado a la Preparatoria Neverland, suspiro aliviado al notar que llego temprano.

Insolente pero no tuyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora