Pintura

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—Discupa pero no puede pasar.

—¡¿Qué?! Mi mejor amigo está sufriendo en esta casa del demonio ¡¿y no me dejas pasar?!

—Gillian cálmate.

—¡Nunca!—Intenta evadir aguardia de la casa, pero este la sostiene de la cintura evitando que la beta llegue a su destino.

—¡A la mierda déjalas pasar!

—Pero la señorita Susan-

—¡Está también es mi casa!

El grito del azabache desde la ventana obliga al pobre hombre que solo hacía su trabajo (que para colmo ya tenía arañazos en el rostro) soltar a la joven rubia y darle paso, corriendo hasta llegar a la entrada. Mientras tanto, Anna hacía una reverencia al hombre disculpándose por las acciones y las agresiones de su amiga, después de eso, alcanzó a Gillian que ya estaba en el segundo piso.

—¡Ray bebé ya llegué!—Gillian abre de golpe la puerta, viendo a su mejor amigo en el rincón hecho bolita y con aura deprimente.—¡¿Qué te hizo ese imbécil?!—Arroja sus cosas a cualquier lado de la habitación, llendo con el Omega y comenzar a inspeccionarlo.

—¿Cómo le hizo para llegar aquí tan rápido? ¿Instintos maternales o qué?—Se preguntaba la joven Omega, recuperando el aliento mientras de igual forma entraba a la habitación y se sentaba en el filo de la cama.

—¿Y bien? ¿Por qué nos llamaste con tanta urgencia?—Pregunto Gillian.

Ray se levanta del piso seguido de la rubia, quien se sienta a un lado de su compañera mientras ven al joven de cabellos oscuros caminar en círculos hasta detenerse enfrente de ellas.

—¿Alguna de ustedes cree en la reencarnación?

^^^

Ambas rubias no dicen nada, solo se miran entre sí, tratando de ver quien tomaba la iniciativa para dar su opinión respecto al asunto pero parece que ninguna se decide. Ray está sobre su escritorio mirando a sus amigas para que estás digan algo, el silencio es horrible y le está consumiendo cada átomo de su ser.

—¡Díganme algo maldita sea!

—Retomemos el asunto—Propone Gillian.—Tu—señala al azabache—por lo que entendí y por lo que según recuerdas, tienes una vida pasada, en ella moriste a lado de alguien-

—¡No!—Interrumpe—No es cualquier "alguien" ese alguien ahora es un Alpha de mierda, albino, de unos ojos azules que te hipnotizan, de un rostro y cuerpo que representa la mera perfección de dios y que-

Guarda silenció, al darse cuenta de las caras raras que les estaban haciendo sus amigas y por si fuera poco, su tono de voz era como el de una colegiala soñadora que estaba en busca de su príncipe azul.

—¿Ok?—Pronuncio Gillian— moriste— Prosigue— a un lado de Norman, pero lo más bizarros y raro de la historia es que ¿Tú no eras hombre sino una mujer?

—¡Una mujer! ¡¿Entiendes eso?! ¡Era una mujer! ¿Cómo es eso posible?—Su histeria y sopresa era palpable, al igual que su desesperación por tratar de comprender lo que su cabeza le ha dado a procesar de una forma inmediata.

—¿Recuerdas algo más?—Pegunta Anna.

—No mucho. Recuerdo que había un incendio, era algo así como un castillo enorme que estaba ardiendo en llamas, yo observaba desde abajo y en mi regazo tenía a Norman y luego...-

Insolente pero no tuyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora