Quizás está vez no sea malo

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—Así que se canceló.

No precisamente, se pospuso para dentro el próximo mes. Violet no acabará a tiempo la pintura así que tomamos la decisión de aplazar la fecha.

Agh lo siento de verdad. Debí de ser más responsable con lo mío pero-

Oh no tranquilo, algunos clubes agradecieron esto porque aún no tenían completas sus actividades y el señor Ratri estaría ocupado por causa de la temporada.

—Ya veo.

Animo Ray, no todo está perdido— Apoyaba la pelirroja.

—Hemos llegado— Anunció el chófer.

—Ya me tengo que ir, te llamo en la tarde.

Claro, nos vemos.

Seguido de esto la llamada termino. Sus nervios no podían ser peor, las manos le sudaban e incluso podría jurar no poder caminar ya que sus piernas no respondían a sus órdenes.

—Ven, te ayudo— Le dijo Susan con una mano extendida. La acepto, puesto que no se iba a quedar en el auto para siempre.

Al bajar, el oxígeno se le fue de los pulmones, pues al ver aquella enorme mansión le dieron ganas de regresarse a su casa. No sé quería morir por el tamaño de la estructura, más bien era porque afuera de ella estaba aparcada la limusina en dónde Leslie había llegado, no había dormido durante la noche ensayando frente al espejo como se iba a mostrar ante él. Al parecer su noche en vela, no sirvió de nada. Y otra cosa mas, estaban frente a la casa de los Ratri.

Siendo empujado por  Isabella y Susan llegaron a la entrada de la puerta, pero antes de tan siquiera tocarla fueron interrumpidos.

—¡Ray!

Los tres giraron a ver quién era la persona que nombraba al chico. Oliver llegó abrazando al azabache, haciendo que ambas femeninas los mirarán raro, ya que no era normal que acepte demostraciones de afecto, con excepción de Gillian, Anna y Emma.

—Me alegro de que estés bien—Le dejo un beso en la frente, dejando al azabache con un ligero tono rojo en sus mejillas— aún que deberías de estar descansando en casa—Le replicó, tomando las manos del chico y sonreírle.

Ray solo se quería esconder en dónde sea, pues podría ver a su madre y hermana como no les apartaba la vista.

—Oh, una disculpa señora Isabella, señorita Susan—Hizo una pequeña reverencia ante ambas mujeres.—Se supone que yo debería recibirlas pero se me hizo algo tarde. Pasen, su esposo está adentro, no tiene mucho que llegó.

—Muchas gracias, joven Oliver.—Dijo Isabella.

El de ojos rubí abrió la puerta y entro junto con Ray, a quien no lo había soltado de la mano. Ambas mujeres entraron después.

—Mi padre solicito que solo ustedes dos entrarán. Ella las guiará al estudio—Señalo con la mirada a una joven Omega de cabellos castaños.

—Regresamos en un momentos—Aviso Isabella, despidiéndose de su hijo al igual que Susan.

Ambas mujeres caminaron por detrás de la Omega hasta perderse por el pasillo.

—Tardaran, así que vallamos arriba—El de ojos rubis comenzó a caminar con el azabache hacía el segundo piso.

—Es-Espera—Se detuvo— podemos ir a otro lado, no quieri estar cerca de-

—Norman no está, probablemente llegué hasta la noche, está ocupado en el consejo junto con Emma.

Insolente pero no tuyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora