XIII_ Lealtad

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Kuma corría por el bosque, su respiración era entrecortada y acelerada; Juraba que los latidos de su corazón llegaban a oídos de su perseguidor y por eso siempre la hallaba.
Pero no era así.

Las sombras se desplazaron hasta detrás de ella, y la albina apenas pudo esquivar el corte.

Tomó la daga que había sacado de un acólito abatido y la empuñó defensiva frente a su perseguidor.

—¿De verdad crees qué puedes hacer algo contra mi con eso?—, le preguntó su enemigo.

—Pruebame—, desafió ella arrogante.

El asesino intentó abatirla, mas ella lo esquivó con un salto y aprovechó el impulso para pisarlo por la espalda y hacerlo caer; Enseguida volteó su cuerpo velozmente y rasgó el aire con su filo.
Le dio.
Su perseguidor había convertido su cuerpo en sombras y planeaba atacarla por sorpresa apareciendo frente a ella.

Kuma se agachó mientras el acólito frente a ella se desangraba. Lo tomó del cabello y lo obligó a mirarla.

—Debiste ser leal a Zed...—

El traidor sonrió. —Habla de lealtad la niña que abandonó hasta el Imperio más poderoso—.

Kuma parecía irritada, pero obviamente no iba a demostrarlo.

—¿Eso buscabas? ¿Poder?—

—El poder rige el mundo. Desde siempre—, dijo con dificultad.

La albina sonrió y un brillo de sadismo encendió sus ojos —Pues aquí la única poderosa soy yo—, mencionó enterrando la daga en la garganta. Enseguida el traidor empezó a escupir sangre mientras sus ojos se apagaban. —Y no se me antoja que vivas—.

Kuma disfrutó ver la vida del hombre desvanecerse frente a sus ojos.

No sabía cuando había desarrollado esa admiración, pero algo que ciertamente la entretenía bastante e incluso le causaba cierto conformismo. 
No, no era una obsesión mórbida de placer o deseo. Simplemente se trataba de goce cuando lograba su cometido de "justicia personal" o más bien, venganza.

Por que eso era. Venganza.

Kuma adoraba darles su merecido a todas aquellas personas que la subestimaban o la herían. Y en estas últimas semanas eso no paraba de pasar.

Primero, Yusari cuestionaba cosas estúpidas de su pasado y la acosaba al punto que no solo era invasivo sino también una especie de ventajista que usaba sus sombras y su linaje como excusa para hacer cosas que ni siquiera comprendía.

En segundo lugar, Khaara. Había confiado plenamente en ella, pero en lugar de apoyarla cuando Yusari la molestaba simplemente la detuvo y eso no era todo, también la engañó y hechizó para hacerla soñar con Talon y quitarla de encima.

Lo único que pudo hacer fue escaparse de ellos en la primera oportunidad que tuvo. No dudaba que vendrían por ella, así como estaba segura que la matarían por haber huido.
Pero lejos de esconderse y pasar desapercibida su ira la volvió más salvaje al punto que invadió un templo aliado por su cuenta intentando buscar información sobre el paradero de Kayn y Zed.

Aprovechó un altercado interno, que dejó como resultado varios heridos luego de que una docena de acólitos abandonara el lugar. Con los métodos aprendidos en Noxus torturó a los sobrevivientes del Templo para hacerlos confesar y luego los descartaba por infieles.

La pelea de hacía unos momentos había sido contra el último aprendiz de sombras, un hombre ajeno a la situación que apenas volvía de una misión luego de meses. Kuma pretendía dejarlo vivir, no era de las que mataba sin motivos, mas el hombre mencionó en su desesperación que avisaría "al Patrón" lo ocurrido y por lo que había oído, el Patrón era justamente de las personas que debía evitar. 

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