El nuevo templo no era malo.
O al menos, no tanto.Algo positivo era que al ser menos Yanleí cada uno podía reclamar una alcoba propia.
¿El lado malo? Las tareas.Cada acólito tenía responsabilidades aparte de sus misiones y en éstos momentos tan tensos que la Orden de la Sombra debe afrontar éstas eran a menudo.
Poco a poco las cosas debían amoldarse, o eso había prometido Zed. Sin embargo habían situaciones que no se estabilizaban del todo y los más allegados al Maestro de las Sombras lo sabían.
—Necesitamos más dinero—, espetó Kayn golpeando la mesa —¡¿Hasta cuándo seguiremos escondiéndonos, Zed?!—
Yusari parecía listo para atacar. En cuánto el Segador Sombrío intentara pasarse con su maestro él mismo le rebanaría la cabeza.
Kuma estaba igual, pero defendiendo a su maestro. Evidentemente no permitiría que Yusari le tocara ni un solo cabello a Kayn.A pesar de la tensión en el ambiente, Khaara permanecía impasible en el medio, con unas cuantas galletas frente a ella que comía de tanto en tanto ignorando el alboroto a su alrededor.
—Entiendo tu frustración, Kayn—, recitó Zed tan inexpresivo como siempre. —Pero prefiero que conserven sus cabezas. No puedo darme el lujo de perder más de mis hijos—.
—Al menos podrías confiar más en mis habilidades—, reclamó.
—Si no confiara no serías mi sucesor—.
El silencio se presentó de inmediato, seguido de un aroma cargado de diversos sentimientos.
Khaara había levantado la vista interesada, mientras la sorpresa de Kuma era similar a la de Yusari a quién por supuesto se le notaba una pizca de ira y celos en el rostro.
Resultó obvio que se habían olvidado de comentar ese detalle.—Creí que eso fue por si no volvías—, declaró Kayn. —Por si Shen de verdad te mataba—.
—Es cierto que quería asegurarme de la continuidad de la Orden, y sigue siéndolo, Kayn—.
El azabache no dijo nada. No sabía que decir. Sus músculos que antes estaban ligeramente tensos ahora estaban más relajados, y en su rostro se divisaba nuevamente su usual sonrisa repleta de confianza.
—Pero maestro Zed—, habló Yusari un poco torpe. —Lo que Ambush declaró ante el Consejo de Sombras funcionó. No deberían estar cazándonos, no necesita asegurar el futuro de-...—.
—Sí lo necesita—, aseguró Kuma interrumpiendo. —No es como si todo fuera heredarlo alguien más—.
De nuevo, el incómodo silencio. Solo que ésta vez Kuma y Kayn eran los desentendidos.
Zed miró a Khaara y por reflejo, la Oráculo entendió. Se levantó despacio llamando la atención de la albina y se acercó hasta tomar su mano.
—Cariño, recuerda que hoy nos toca ayudar en la cocina. Vayámonos ya ¿Si?—
Kuma comprendió que sobraban en la conversación y sin responder mucho solamente reverenció a Zed y salió del salón con Khaara.
Enseguida Kayn miró de reojo a su maestro, sabiendo que había algo detrás de ese notorio silencio.Aguardó con calma, mientras Zed servía una taza de té para el par sombrío.
De nuevo, el azabache notó que el estrés se apoderaba del rostro de su maestro y su confianza lo llevó a poner una mano en el hombro ajeno.
—Maestro Zed, sabes qué puedo compartir el peso de lo que cargues, ¿No?— su mentor lo miró al rostro. —Si de verdad soy tu sucesor podrías encargar mi ayuda para cualquier asunto. Ya sabes, para evitar el exceso de estrés—.
ESTÁS LEYENDO
Conoce Las Sombras
FanfictionEl imperio Noxiano quiere gobernar todo Valoran, y sus constantes expansiones lo demuestran. Tras una derrota aplastante en el continente helado de Fréljord, fijan su objetivo en la isla continente Jonia que había frustrado su último ataque hacía a...