17

1K 120 6
                                    


Dos semanas han pasado, el corazón de Emilio ya se encontraba recuperado al 95%, ya podía salir a correr al parque, claro que Joaquín lo acompañaba por si llegaba a sucederle algo.

Los primeros días fueron todo un reto, Emilio se agotaba, sus extremidades estaban flojas y era extremadamente sensible, no quería que Joaquín se separara de él, se bañaban juntos en la bañera, quedándose horas, disfrutando de la calidez del agua.

Decidieron quedarse en el apartamento de Joaquín ya que si sucedía algo les era más fácil ir al hospital, aunque Joaquín tuvo que conducir hasta la casa de Emilio una vez se le fue otorgada el alta para ir por ropa, cepillo de dientes, calzado.

Hoy regresaban al hospital. Lauren acordó con Emilio que le permitirá trabajar medio turno y solo asistiendo las cirugías de Spencer. Su dieta había cambiado considerablemente, verduras, frutas y nada de calorías y bebidas energizantes.

El otoño ya se acercaba y con ello las vacaciones de navidad. Emilio tenía en mente un plan: Llevar a Joaquín a Dakota para que conozca a Romina y a su pequeña sobrina de 3 años, Nathalie. Un regalo de navidad lindo, Joaquín vería frente a frente a una de sus escritoras favoritas, le firmaría ejemplares y hablarían sobre las historias, claro que es buen plan.

"Hey, ¿Qué piensas?". La voz, de su ahora novio, lo sacó de su ensoñación, lo miraba atento, curioso.

"Oh, recordaba cuando te pedí que fueras mi novio".

Y claro que era un buen recuerdo.

Se encontraban metidos en la bañera, tener sexo dentro de ella es sumamente incómodo y te llevarás como recompensa un bien merecido dolor de espalda, si bien el acto sexual había dejado a Emilio sumamente agotado, se atrevería a decir que valió la pena hacerlo.

El baño de Joaquín era espacioso, tenía una regadera y una bañera, genial, premio doble. Joaquín estaba entre sus piernas, ya habían acabado de limpiarse y solo se dedicaban a disfrutar del agua con espuma, Emilio acariciaba el cabello de Joaquín y este acariciaba sus piernas.

Desde que Emilio despertó y vió a Joaquín supo lo que tenía que hacer. Su subconsciente se encargó de repetirselo durante el trayecto, cuándo Joaquín le atendía, mientras lo veía, mientras dormían y Joaquín se despertaba cada dos horas para verificar que seguía respirando y que su pulso estuviera estable. Ahí, en la bañera, se le ocurrió decir:

"Oye". Un sonido de asentimiento lo hizo proseguir. "¿Quieres ser mi novio?".

Joaquín trató de levantarse para ver si era broma o hablaba en serio y con la cerámica mojada lo único que consiguió fue caer de golpe en el cuerpo de Emilio, provocándole una carcajada. Joaquín sonrió nervioso, digiriendo esa pregunta, Emilio se empezaba a preocupar porque Joaquín no hacía más que mirarlo con sorpresa.

"Bueno, tal vez no es el momento para preguntarlo, debí esperar un poco más de tiem...". Unos labios lo callaron y cuándo se separaron, siguió hablando. "...po, ahora tienes el derecho de echarme de tu apartamento y tratarme como un idiota en el hospital, exigirme el triple y...".

"¿Podrías cerrar la maldita boca?, Claro que acepto ser tu novio, si tardé en contestar fue porque me agarraste desprevenido, no esperaba algo así en estos momentos".

Caricias y besos, besos subiendo de tono, sonidos húmedos, jadeos.

"Hay que ir a la habitación, no quiero regresar al hospital y que ahora sea por una fractura en la espina dorsal". Emilio cargó a Joaquín y ambos salieron de la bañera, con el riesgo de caerse, claro, pero al llegar a la habitación, todo fue más placentero.

Amor De Hospital | EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora