29

868 104 12
                                    


Los tacones y zapatos costosos fueron dejados a un lado, todas las personas disfrutaban de la arena entre los dedos de sus pies, los pantalones de los trajes fueron arremangados, los vestidos largos recogidos con un listón.

Cócteles, martinis, whisky, ron, tequila, margaritas y vodka, la fiesta llevaba un buen curso, aún nadie se pasaba de 3 copas y todas y todos bailaban.

"Hey Roy, ¿No haz visto a Joaquín?". Emilio preguntaba mientras meneaba su vaso de ron entre sus manos.

"No, hace tiempo lo ví con dos de sus compañeros y...". Roy se detuvo al ver el escenario, Emilio siguió su vista y también se quedó sorprendido.

Joaquín, Lauren, Spencer y Matthew, cada quién con un instrumento diferente, las notas del bajo fueron tocadas dando entrada a la guitarra y la voz de Joaquín se hizo presente.

Estoy contento de tenerte cerca,
Muy cerca de mí,
Qué me digas loco,
Qué me des de besos
Y qué te reías de mí.

Sabes qué quiero decir,
Ya no me mires así
Y simplemente
Puedo decirte que eres lo más bonito que he visto en toda mi vida.

Y sé que nunca te lo he dicho
Y me da miedo confesarte
Pero antes quiero besarte.

Y llevo un rato tratando de decirte
Qué ya no puedo, vivir sin ti
Llevo años tratando de decirte que te amo.

Esta noche estás loco como yo, esta noche.

Esta noche estás loco como yo, estás loco.

Los aplausos, gritos y silbidos se hicieron presentes, Emilio seguía con la boca abierta, Roy tomó el vaso que tenía en su mano y Joaquín le entregó la guitarra a Spencer y fue hasta Emilio, sujetando su rostro entre sus manos y remarcando con la yema de sus dedos las líneas de aquella mandíbula.

"Debes cerrar la boca o se meterá un insecto". Joaquín rió y unió sus bocas en un beso cálido y amoroso, Emilio reaccionó y lo sujetó fuerte, como sí la corriente del mar se lo llegase a llevar.

"Vámonos, ésta fiesta puede continuar sin nosotros".

Joaquín asintió enérgicamente y Emilio entrelazó sus manos y lo cargó, sujetando las caras internas de sus muslos y empezó a caminar a paso acelerado hasta la pequeña cabaña destinada a su noche de bodas.

Abriendo la puerta, entraron y fueron directo a la cama, besándose, fundiéndose y tocándose, desabrochando los botones de las camisas, bajando las cremalleras de los pantalones, dedos traviesos viajaban sobre el elástico de los bóxer, introduciéndose, unos entre los glúteos o otros sobre una erección, gimiendo y disfrutando de sus cuerpos cómo la primera vez.

De espaldas al mundo
De cara al amor
Desafiando al peligro.

Entre beso y beso
Una hiedra de amor nos abraza hasta unirnos
Viviendo momentos que no puedo explicar
Bellos momentos que hoy son eternos como el verbo AMAR.

"Ah... Emi...". Sus uñas se enterraban levemente en los hombros anchos de Emilio mientras que éste besaba toda la extención de su abdomen plano.

Amor De Hospital | EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora