VEINTICINCO

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Eran aproximadamente las ocho y treinta de la mañana, el timbre no paraba de sonar y sonar, junto con los resonantes golpes en la puerta.

Y debido a que era su casa, tuvo que levantarse y dejar a _____ acurrucada sola en la cama.

Bajó las escaleras mientras entre dientes se quejaba por tremendo escándalos que estaba haciendo quien sabe quien en su puerta, a tempranas horas.

Tempranas horas considerando que ellos llegaron de una fiesta juntos a altas horas de la noche y pues, lo que pasó después.

Totalmente irritado abrió la puerta y deseó, como nunca antes ser huérfano.

– ¿Qué quieres? - le miró mal - Creo haberte dicho que no volvieras.

– ¿Esas son  formas de recibir a tu padre? - Jimin rodó los ojos - ¿No me invitas a pasar?

– ¿Que carajos quieres? - le preguntó nuevamente conteniendo toda su ira.

– En primera, hay que dejar todo el resentimiento y problemas que hemos tenido atrás, típicos problemas de padre e hijo, ¿no? - le dió unas palmadas en el hombro mientras sonreía - Tuve cierto inconveniente con unas personas en el casino, y pues...

– Les debes dinero - terminó Jimin - ¿y a mi qué?

– Sabes lo que necesito.

– ¿Y tu sabes cuanto me importa? - rió- Una mierda.

– Vamos, Jimin, ¿en serio sigues enojado por lo que pasó con la chica esa? - rodó los ojos y soltó una risa irónica - ¿Por qué? Ya olvídalo, es decir, ya ni siquiera están juntos - le miró con una pequeña sonrisa burlona.

– ¿Y tu como sabes eso?

– Jimin, soy tu padre, me doy cuenta de todo. - suspiró - Lo lamento tanto hijo, pero te lo dije. Te dije que en unas semanas se dejarían. Pero eso ya pasó, ya se fue y ahora tu debes olvidar todo lo relacionado con esa pequeña tonta oportunis...

– Cariño, ¿qué pasa? - la voz de la chica no lo dejó terminar de hablar. Se colocó al lado de Jimin colocando su mano en el abdomen de este, dejando a simple vista su anillo de compromiso, a propósito, claro. - Buenos días, señor Park - alzó su cabeza con una sonrisa malvada al asegurarse que el padre de Jimin miró el anillo.

– ¿Tu que haces aquí? - le miró - ¿No que te habías largado?

– ¿Y usted qué hace aquí? - bufó - ¿No le quedó claro que Jimin ya no le dará dinero?

– Dime por favor hijo, que ese anillo no se lo diste tú.

– No es tu problema - le contestó Jimin - Será mejor que te vayas, yo no puedo resolver tu problema.

– ¡Oh, por favor! - se alteró - prefieres a esta callejera oportunista antes que a tu propio padre.

– Oportunista, si. - le miró - Tanto que no dejaré que arruine la empresa de mi futuro esposo con sus deudas de juego. Quiere resolver sus deudas, pues busque trabajo.

Ese hombre estaba enojado, tenía ganas de mandar todo a la mierda y hacer un desastre aquí mismo. Pero no le convenía.

– Escucha bien, niña. - le miró mal - Tu - le señaló- no eres nadie y nunca lo serás, y volverás al agujero de donde saliste.

– Ya estuvo, suficiente - Jimin se hizo delante de _____ - vete.

– No se quedará así, Jimin.  - le sentenció y se dió la vuelta largandose de la casa.

Jimin cerró la puerta y giró para abrazar a _____ otra vez.  – Lamento eso, pero no temas, no te hará daño.

– No le tengo miedo, Jimin - se separó un poco para verle a los ojos. – Pero no mentía, eh. - se rió un poco - no dejaré que tu padre con sus apuestas arruine tu negocio, tiene que madurar y dejar de depender para todo de ti.  - le depositó un ligero beso de pico en los labios - Ahora ven, vamos a desayunar. - giró tomándole la mano para ir hacia la cocina, pero Jimin respondió abrazandola por la espalda, colocando su barbilla en el hombro de ella, quedando muy cerca de su oreja. 

tan cerca que la respiración aún caliente de Jimin que pegaba en ella le erizaba la piel.

– ¿Tu estás en el menú?

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⏰ Última actualización: Jan 16, 2022 ⏰

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Caught in a Lie [Jimin X TU +18] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora