—¿Ustedes creen que por qué nos vamos a convertir en héroes les pueden tirar piropos a todas las chicas que se encuentren? –Dije enojada mientras me acercaba a ellos– Porque si de verdad creen eso, son unos malditos idiotas que no sé que carajos están haciendo aquí.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Podía jurar que mi cabello quizás en ese momento estaba en llamas, no solo por el rojo que tenía por estar enojada, sino porque inconscientemente cree llamas con mi manos mientras apuntaba a ambos idiotas, y digamos que el fuego con el enojo no es una mezcla muy estable.
—Son unos malditos idiotas –apreté mi puños sin dejar de mirarlos–.
—Vamos, no valen la pena –Agarro suavemente mi cintura acercándome un poco hacía su cuerpo– Tú misma lo dijiste, son unos idiotas, no lo valen.
Miré sus ojos heterocromaticos, me miraban con la misma seriedad de siempre, pero me transmitían calma, mucha calma.
Acomode mi mochila y comencé a caminar con Todoroki a mi lado, lo único que pude escuchar mientras me alejaba de todas esas personas eran los gritos de Kirishima, Mina e Iida que les decían que no estaba bien que ellos nos calificaran de esa forma y mucho menos que le falten el respeto a sus compañeras de salón.
—Tienes tu carácter –Volteé a verlo– No te dejas pisotear.
—Sí, pero no siempre fui así –Susurré encogiéndome de hombros– Cuando niña muchos me pisotearon, aunque Izuku era quien me protegía.
Él solo se limitaba a mirarme de vez en cuando mientras caminábamos, yo creaba pequeñas llamas de fuego con mis dedos, estaba nerviosa y algo triste, si que esa era mi forma de manifestarlo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
