Entró a su habitación cerrando la puerta con un fuerte portazo, tragué en seco al sentir que mis ojos se habían cristalizado un poco, tome una pequeña bocanada de aire, pero me sobresalte un poco al sentir que me dolían un poco mis brazos, me estaba pellizcando.
"Tranquilízate, Kazumi..."
"No creo que lo este diciendo en serio..."
"Solo debe estar cansado..."
"Lo más probable es que haya tenido un mal día..."
"Dejaré que descansé y hablaremos sobre esto mañana..."
A pesar de tratar de animarme con esas palabras, lleve mis manos hacía mis mejillas, estaban un poco húmedas, porque inconscientemente había dejado que algunas lágrimas corrieran por mis mejillas.
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Apuñe nuevamente mis manos y camine hasta mi habitación, mientras secaba mis mejillas con algo de torpeza, y entre cerrando la puerta detrás de mi, me cambie de ropa, dejando mi uniforme colgado para que no se arrugase para las clases de mañana.
Me coloque un poleron ancho y un pantalón pijama, me sentía demasiado cansada y triste como para vestirme bonita o arreglarme un poco, como suelo hacerlo, además de que estaba atardeciendo y no creo que a nadie le importe verme así.
Agarré mi celular y salí nuevamente de mi habitación, para poder caminar hasta el ascensor y bajar hasta el segundo piso, mientras esperaba, arreglaba un poco mi cabello y mordía mis mejillas con algo de fuerza.
Cuando las puertas se abrieron, salí de allí para caminar hasta la habitación de Izuku, al estar afuera de esta, toque suavemente la puerta para después entrar, no era necesario que esperará a que respondiera.
—¿Izu? –Pregunté cerrando la puerta detrás de mi. Él estaba tendido sobre su cama, boca abajo–.
