—Bakugo, ¿Necesitas ayuda? –Pregunté mirándolo, ya que había terminado de picar mi parte de las verduras–.
—No –Dijo sin mirarme–.
Estaba concentrado mientras cortaba las zanahorias y no pude evitar soltar una pequeña risa al ver que Uraraka parecía asombrada al ver como Bakugo cortaba con tanta rapidez, quizás es porque siempre ayudo a su madre a cocinar.
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Por lo menos así era cuando éramos niños, no fuimos amigos por años, pero hay cosas en él que siguen siendo igual a cuando tenía cuatro años, por ejemplo, su ego.
—Oe, Akiyama –Volteé a verlo– Deberías traer agua, para que coloquemos a cocer esto.
—Bien –Asentí sonriendo y agarré la olla que íbamos a ocupar para cocinar–.
Camine hacía el lavaplatos y abrí el agua, miré mis pies mientras esperaba que el agua de la olla llegará a la mitad, pero estaba tan concentrada mirando mis pies que no me había dado cuenta de que Izuku y Todoroki me estaban hablando.
—L-Lo siento –Dije avergonzada mientras los veía–.
—Me estás comenzando a preocupar, Kazumi-chan –Dijo Izuku mirándome un poco preocupado y después se agachó–.
—Estoy bien –Cerré la llave del lavaplatos y volteé a verlos–.
—¿Segura de qué te sientes bien? –Preguntó Todoroki mirándome de la misma forma– Casi no entrenaste nada hoy, estuviste todo el día mirando un punto fijo.
—Eso es verdad –Dijo Izuku, aun estaba en el suelo– Y estoy seguro que has estado así todo el día por ese "presentimiento".
—¿Qué presentimiento? –Le preguntó Todoroki. Izuku se levantó del suelo–.
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