Después de haber tenido un día realmente agotador y difícil, entre a los dormitorios soltando un pesado suspiro, todo el día estuve distraído y por culpa de ello me habían regañado.
No dejaba de pensar en Eri, que debía estar muy asustada y quizás que experimentos estaban haciendo con ella, porque estaba cien por ciento seguro de que esos vendajes que tenía, no eran por jugar.
Kazumi vivía lastimándose cuando niños, se hacía raspones o pequeños cortes por estar jugando, pero nunca al punto de tener sus extremidades vendadas, y yo también, y el solo hecho de pensar en esto me frustraba aun más.
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"Esto es un asco"
Pase mis manos con algo de brutalidad sobre mi rostro y camine hacía el ascensor, lo único que quería hacer ahora era dormir, porque me sentía muy mal y cansado.
Me di cuenta que Kirishima iba caminando detrás de mi y que también se subió al ascensor, si que me dedicó una sonrisa, cosa que hice yo también, pero no fue como las de siempre, sino más bien, una cansada.
—Midoriya –Me llamó. Volteé a verlo– ¿Kazumi te contó lo qué pasó ayer con Bakugo? –Preguntó mirándome–.
—Eh... No, ¿Por qué? ¿Qué sucedió? –Pregunté con el ceño levemente fruncido y me cruce de brazos–.
Aunque el ascensor freno y abrió sus puertas, si que no pudimos seguir hablando, pero ambos salimos de allí, le hice una pequeña seña para que fuéramos a mi habitación y asintió.
—¿Qué sucedió? –Volví a preguntar una vez que entramos a mi habitación y volteé a verlo–.
—Ayer, en la tarde, escuche que Kazumi lo llamó a mitad del pasillo, cosa que me llamó la atención, si que me quedé en la puerta escuchando un poco –Se cruzó de brazos. Asentí suavemente– Parecía que ella estaba preocupada por Bakugo, pero él rechazo eso y le dijo no la quería, que nunca había sido así –Apreté mis puños con fuerza al escuchar eso– Fue allí donde abrí la puerta de mi habitación para ver que estaba sucediendo, Kazumi estaba llorando, pero cuando intente acercarme a ella, se fue a su habitación a encerrarse.
