Llevaba un par de minutos caminando, y al parecer me había perdido, ya que no reconocía las calles y estaba algo desorientada porque había intentado llegar a la agencia donde está Izuku, pero no recortaba la dirección.
Ya había anochecido y lo único que quería hacer era llegar a casa rápido, me sentía asustada y el presentimiento de que algo pasaría, aumentaba cada vez más y más, pero no podía demostrar eso, sino terminaría asustando a Eri también.
—Necesito llegar a la calle principal y ya sabré como ubicarme para llegar a casa... –Murmuré para mi misma mientras miraba las señaléticas– Estarás bien, Eri-chan... –Coloque una de mis manos sobre su cabeza, tratando de calmarla, ya que estaba tiritando–.
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Seguí caminando por las calles, rogando para que pudiera encontrarme con alguna que si conociera y así poder ubicarme, pero apresuré un poco el paso al escuchar unos ruidos provenir cerca de mi.
Mantuve mi mano sobre la cabeza de Eri, ya que iba apoyada contra mi pecho y aun tenía la capucha puesta, así para que no la levantará y, si eran los tipos que la estaban lastimando, no los viera, pero no podía evitar tener miedo por lo que podía pasar si eso llegará a ocurrir.
Aunque solté un pequeño chillido al ver que un gato se había cruzado en frente de mi camino, lo que me hizo sentir un poco estúpida, ya que me había asustado, solté un pequeño suspiro con los ojos cerrados.
"Mujer, te estás volviendo una maldita paranoica"
"Te acabas de asustar con tu animal favorito"
—Aquí estás, Eri...
Sentí un escalofrió recorrer todo mi cuerpo, y en menos de un segundo, mi cuerpo se paralizo por completo. Había dudado en voltear, ya que temía que podría pasar algo, pero lo hice de todas formas.
Había un hombre alto, se veía joven, de cabello castaño y ojos dorados, llevaba una extraña mascarilla en forma de pico con diferentes detalles en ella, al igual que su ropa, trague en seco y atraje a Eri lo más que pude hacía mi.
