Positivo [Teddy & Lily]

06. Ángel de Fuego.

Salió de la cocina dejándola ahí, tenía que descansar, suponía que no lo había estado haciendo bien, o no luciría tan cansada todo el tiempo, así que era la mejor opción, él fue hasta el baño para ducharse antes de que ella despertara y el perfume barato de aquella mujer le confirmara que había sido tan obediente de ir a hacer de su vida lo que quisiera, casado o no con ella.

A las diez, fue en su búsqueda de nuevo, pero seguía dormida, así que la movió suavemente mientras la llamaba para que despertara, todo intento fue en vano, al parecer tenía un sueño muy pesado.

Puso los ojos en blanco, la sujetó del hombro para hacer que se incorporara, el abrigo de Ted cayó al suelo, la joven se fue de lado, así que él la sujetó con más firmeza, su mano se colocó en su cintura para acercarla a él, fue cuando notó que su pijama no era para nada adecuada para esos climas, y estaba descalza, si la chimenea hubiese estado encendida, no le hubiese preocupado mucho, pero por las notas, ella había pasado al menos doce horas en aquel lugar helado, la sujetó bien en brazos, haciendo que la cabeza de la chica colgara hacia atrás, avanzó hasta dejarla sobre la cama.

La observó atento, estaba bastante pálida, sujetó su mano, parecía un pequeño cubo de hielo.

—Dementores, Lily ¿puedes ser más descuidada? –bufó enfadado.

Nada de esto habría pasado si hubieses vuelto temprano, o al menos ayer.

Sacudió esa idea de su cabeza, avanzó hasta los leños y echó más al fuego, y usó su varita para agilizar aquello, él tuvo que salir porque parecía un pequeño sauna, pero sería bueno para ella.

Ted avanzó a la estancia, para encender la chimenea, estaba en eso cuando alguien tocó a la puerta, gruñó enfadado, pero fue hasta allá, un tipo de cabello un poco largo y rubio le sonrió, pero pudo ver que sus ojos cafés perdían brillo al toparse con él.

—Lo lamento, vine a buscar a una chica ¿su hermana está en casa? –sonrió.

— ¿Mi hermana? –Cuestionó confundido.

—Sí ¿o es su hija? –soltó como si eso fuese posible.

—No sé a quién buscas, pero me temo que te equivocaste.

—Lo lamento, no sé el nombre de ella, es hermosa, de esta estatura –el chico levantó la mano a una altura promedio –y de cabello pelirrojo, es fácil de ubicar, no hay muchas pelirrojas en este lugar, sobresaldrían como fuego en la nieve.

—Ah...

—Lupin –soltó él –creo que su apellido es Lupin, escuché que la oficina se refirieron a ella como Lupin.

Aquello se le hizo gracioso, así que se recargó en el umbral de la puerta.

—Mi hija dices –negó con una sonrisa.

—Es tu hermana ¿verdad? –Negó apenado –lo lamento.

—Dime ¿en dónde la conociste?

—Fue al edificio de servicio a buscar ropa de invierno el otro día –se encogió de hombros –y ayer habló con mi jefe, no sé de qué, pero hoy me enviaron.

—Así que –Ted intentó no reírse por la situación –dime ¿estás aquí por algo personal o por trabajo? –Elevó una ceja.

—Estoy aquí, porque mi jefe me envió a informarle que no hay novedad sobre lo que pidió, pero movido más por volverla a ver e invitarla a salir después de mi turno.

—Ah ya veo –negó divertido.

Posiblemente iría a despertarla para que el chico pudiese tener su oportunidad, así ella podría olvidarse de todo lo malo que le ha ocurrido e interesarse en un chico que parecía agradable le devolvería un poco de chispa a su vida.