07. Poco Enamorados.

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Ted observó a la pelirroja que observaba el lugar bastante entretenida, tenía la mano izquierda en los labios, mordiendo la cutícula del dedo pulgar, mientras curioseaba de un lado a otro.

—Ésta es la mejor que tenemos –informó el chico, observando a Lily, que se había acercado a él para ver.

—Yo no sé mucho de cámaras –murmuró Lily –pero supongo que para las fotos que quiere tu abuela, funcionará –se encogió de hombros.

El chico los observó con una mueca de asco, Ted negó por el comentario de Lily, observó al chico de nuevo.

—Sólo son fotos de nuestras vacaciones –no supo por qué tuvo la necesidad de aclarar aquello.

—Claro ¿de qué otras fotos querría tu abuela? –Lo interrogó Lily, confundida.

—Lily –él la sujetó del hombro –así están bien las cosas.

—Claro.

Se alejó de ellos, observando las fotos, se quedó absorta en sus pensamientos viendo una que era sobre un atardecer sobre alguna parte de parís.

— ¿Te ocurre algo?

—No, nada, observaba esa foto –la señaló.

—Ah, sí, es bonita –se encogió de hombros.

—Sí algo –se giró hasta el dueño del establecimiento –disculpe –lo interrumpió mientras contaba los galeones.

— ¿Sí, en qué puedo ayudarle?

—Las fotos también las vende, ¿cierto?

—Sí ¿cuál te gusta?

—Esa –la señaló.

El hombre se quitó sus gafas y suspiró, negando. —Lo lamento, se ve que tienes un buen ojo y buen gusto, pero esa no está en venta.

—Bueno, está exhibida, así que...

—Claro que lo está –admitió –es la última de Mangetsu, literalmente es la última foto que tomó antes de retirarse.

—Pero...

—No está a la venta –informó –le he pedido a mis empleados que pongan un letrero que indique que no está a la venta.

—De acuerdo, gracias –sonrió.

—Es una lástima –soltó Ted, dándole ánimo.

—Lo sé –frunció el ceño.

—No te preocupes –sonrió el chico que les atendió –esa fotografía no es la original, habrías pagado mucho por una falsificación, así que mejor agradece que no te la vendió.

Ted notó la decepción en el rostro de Lily, no podía solucionar aquello, después de todo, les habían confiado que era una réplica ¿podía existir algo así en el mundo de la fotografía? Sabía sobre las réplicas de cuadros famosos, pero no de esa clase, resopló, levantó la cámara y fotografío a Lily de forma que ni siquiera se dio cuenta; tenía que tomar algunas de ellos pretendiendo ser una pareja; y no le agradaba mucho.

—Ah, cielos, no –se quejó la chica.

— ¿Qué te ocurre ahora? –La cuestionó confundido.

—Mi madre festejó mucho antes que no tuviera antojos, pero ahora, es como si, bueno, cada que quiero distraerme, imágenes de comida salta a mi cabeza, y se me antoja –gruñó, siguiendo su camino.

El metamorfomago sonrió divertido, posiblemente ni los mareos, ni los vómitos ni los antojos se habían presentado por algo mental, ella hasta hace poco, de forma inconsciente, se había negado al hecho de estar realmente embarazada, desde que se había propuesto a vivir su embarazo al cien por ciento, los cambios se habían vuelto notorios.

Positivo [Teddy & Lily]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora