21. Abismo.

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Para fortuna de Lily, todo a su alrededor había estado de maravilla, y lo único que Elisheva había dicho, era que no se alejara de Ted por mucho tiempo, estuvo muy ensimismada después de darles el espectáculo de las alamas gemelas y las vidas pasadas, aun recordaba ese énfasis en que la solución para que pudiera volver a usar magia, era estabilizar la energía extra.

¿Cómo podían hacer eso? Preguntó Ted, y la respuesta le hizo el ser más feliz del universo.

Con sexo, respondió Elisheva antes de marcharse, sin decir nada y sin dejar que Ted cubriera sus honorarios, así que después de retirarse, subió con ella en brazos, y bueno, siguieron la única recomendación de la Sanadora.

La sonrisa de Lily fue automática cuando logró que los trastes comenzaran a lavarse con magia, no había incendiado nada, y el bebé en su interior, estaba más tranquilo que nunca, quizás se debía a que esa mañana, su esposo había amanecido demasiado cariñoso, y antes del trabajo, le había ayudado a canalizar su magia demasiado bien.

Anduvo descalza por todo el lugar, guardó la ropa nueva que le habían mandado para el bebé, y su vista se posó en la fotografía de Mangetsu, esa que le había dejado de gustar, sólo por saber que había sido Sebastian quien la había elegido.

—Amor, qué bueno que llegaste –soltó con una sonrisa al escuchar la chimenea, bajó alegre y se detuvo ante Sebastian, su mueca de desagrado fue imposible de ocultar.

—Vaya, me gustó la primera bienvenida, la segunda, no tanto.

—Lo lamento, pensé que eras Ted –soltó Lily, incómoda.

—Sabes que te convengo mejor que él ¿cierto?

—No quiero hablarlo, Sebastian, sólo voy a decirte que amo a Ted, y nada hará que cambie eso.

—Lo amas a pesar de lo que dijo su ex –se burló.

—Bueno, una cosa es que antes no quisiera familia, ahora es otra cosa –comentó exasperada.

—El problema, es que Ted nunca te ha querido a ti, Lily –soltó Sebastian, logrando que ella se burlara divertida, le había demostrado esa mañana lo mucho que podía amarla.

—Ah, ya veo, te llevó a la cama ¿no? –negó divertido.

—Es mi esposo, en algún momento...

—Lo gracioso, Lily, es que él está haciendo contigo, todo lo que yo le he estado pidiendo que haga –admitió –lo único que él quiere es que te quedes con el bebé, pero de que te desechará al final, lo hará ¿crees que le interesas un poco? Ni siquiera sabía que Mangetsu era tu fotógrafa favorita, fui yo, quien le sugirió que te llevara ahí, él me estaba ayudando a que no te deshicieras de ese bebé.

—Sebastian, no importa lo que...

Le extendió un par de pergaminos, con todas las palabras, con todos los detalles, todo lo que Ted había hecho, estaba plasmado en ese pergamino, con la letra de Sebastian, y una palomita con todo lo que se había hecho.

Pedirle que te dé una oportunidad de ser una familia, la familia que están fingiendo ser.

Incluso la escena que hizo con el Sanador Anderson, fingirse enfadado porque no tuviesen que elegir a uno de los dos, aquello le ocasionó una fuerte punzada en la cabeza, comenzó a sentirse un poco agotada, pero siguió leyendo, en la lista estaba ese día, él le llevaría una tarta de regaliz y menta, las palabras exactas que diría.

—Vete, Sebastian –pidió.

—Me iré, porque no tarda en llegar –observó el reloj –cinco minutos, exactos –soltó.

Positivo [Teddy & Lily]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora