Positivo [Teddy & Lily]

14. Darles de qué Hablar.

La última vez, habían quedado que no se acercaría a ella, que no la sujetaría, que no la tocaría de ninguna forma sin su permiso, que desde ese momento estaba suspendido, sin embargo, al verla así, la sujetó para ayudarla a sentarse en el sofá, y Lily no dijo nada, la respiración agitada lo preocupó.

— ¿Quieres ir a San Mungo? –Soltó, un poco desesperado –el bebé ¿todo bien con él? –su mano fue hasta el estómago de Lily, y la sonrisa en los labios de Ted se formó en un instante.

¿Estaba siendo cruel con él? No había duda alguna en que estaba más que encariñado con algo que no podía ver, y que la única forma de contacto, era por medio de ella, Scorpius estaba de acuerdo con ella, respecto a que Ted realmente se creía el padre del hijo de otro.

—Ted.

Lily se removió incómoda, él se levantó apresurado, girándose para no mirarla, su vista fue hasta las cosas calcinadas, negó con una sonrisa, como padre orgulloso de la travesura de su hijo.

La pelirroja se levantó apresurada, subió las escaleras y en la seguridad del baño, se cubrió el rostro y se soltó a llorar ¿por qué Ted se sentía con esa maldita libertad de sentirse un padre orgulloso? Que buscara a una mujer y procreara el suyo propio, que la dejara a ella en paz, porque... cada que lo veía así, comportándose como un marido ejemplar, un padre deseoso de ver a su hijo llegar al mundo, hacía que ella deseara ser todo eso para él, pero no, él sólo se había encariñado con el bebé, pero no con ella, ella sólo le preocupaba, porque de su bienestar, dependía el del bebé.

—Lily –la nombró Ted, tocando la puerta –Lily ¿todo bien ahí dentro? Tienes una hora, no escucho ruido –aguardó un momento –Lily ¿todo con el bebé va bien?

La joven se puso de pie, abrió la puerta con violencia y lo observó, a esas alturas sus ojos estaban rojos e hinchados por todo el llanto, él se quedó quieto, pero no dijo nada.

—Dime una cosa –soltó furiosa –si te lo doy ¿te alejaras para siempre?

—No comprendo de que hablas –admitió confundido.

—Si cuando nazca, te lo doy y desaparezco para siempre ¿eso te bastaría para ser feliz?

Las lágrimas la inundaron de nuevo, sin poder contenerlas, Ted se quedó quieto frente a ella, sorprendido por aquella propuesta que jamás había cruzado por su mente.

—Puedes pensarlo –lo empujó para salir del baño.

—M—

Lily observó la estancia, Ted se había encargado de arreglar todo, y para ser justos, estaba hermoso, se inclinó un poco cuando notó los obsequios bajo el árbol, había un par con su nombre, y otros sólo decían "Bebé", pero no había nada para Ted, su corazón se estrujó, había sido realmente una imbécil con él, tanto que se esforzaba y ella que lo empujaba lejos.

—Recibí tu lechuza ¿qué pasa?

Lily observó a Scorpius, le sonrió encantada, apenas diez minutos atrás, le había mandado una nota pidiéndole que fuese a verla, y ahí estaba, despeinado y poco arreglado.

—Dime ¿interrumpí algo? –soltó divertida.

—Sí, mi siesta, estaba holgazaneando, como siempre –se encogió de hombros –Jamie trabajó hoy, por fortuna estará libre mañana.

—Navidad qué emoción –soltó en un tono desganado.

—Vaya, vaya, papá luchón al ataque –se burló, agachándose para tomar un par de regalos, los agitó, pero como no hubo sonido alguno los volvió a dejar en su lugar –para mí que están vacíos –se encogió de hombros.