15. Regalo de Navidad.

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—Ah, no tardaste –soltó como si nada.

El chico ya tenía el pijama puesta, avanzó hasta la cama para acomodarla, Lily escondió la carta entre su ropa en el closet, se colocó su pijama y salió, Ted observaba por la ventana.

—Ah ¿no se supone que estás quedándote en otra habitación?

— ¿Tiene que seguir siendo así? La verdad es que ya me harté de tener que salir a hurtadillas de aquí antes de que despiertes.

Las mejillas de Lily ardieron ante aquella imagen. —Yo no sabía qué hacías eso.

—Ahora lo sabes –acarició su mejilla –la verdad es que no quiero estar lejos del bebé por las noches, por el día tengo que trabajar así que no puedo evitarlo, en las tardes a veces sales con Audrey y Scorpius, así que las noches es todo lo que puedo tener de ustedes.

—Ah, bueno, yo, este –comenzó a balbucear.

—Sólo dime si quieres que me vaya, y te prometo que no entraré en cuanto te duermas, al menos hoy.

—Está bien, quédate –sonrió.

—Gracias –sus manos cálidas acariciaron el vientre de Lily –ya ves, mamá me dejó quedarme con ustedes, ya no tienes que ser discreto.

—Discreto –soltó sorprendida.

—Un par de veces, hizo que te despertaras, lo sé porque me tuve que esconder bajo la cama, y te escuché regañarle, diciendo que si no podía quedarse quieto un momento y dejarte dormir.

El sonido de su risa lo relajó, por un momento pensó que le había dejado quedarse con ella esa noche por compromiso, pero aquel sonido le dijo que había sido honesta, a pesar de lo incómodo que le resultó su confesión.

La ayudó a subirse a la cama, la cobijó y sonrió, para después ir hasta su lado, quiso acercarse y acurrucarla contra él, pero no se sentía con la suficiente confianza para hacer algo así.

—Ah, Merlín, mi maldita espalda.

Se giró hasta él, así que él sonrió, acercándose a ella un poco más, su mano fue hasta su estómago, ella cerró los ojos, tuvo la intención de acercarse y depositar un suave beso en los labios de ella, después de todo, era su esposa, pero no lo haría.

—Descansa, Teddy –musitó suavemente.

—También tú, Lily –sonrió.

—Intenta no volverlo loco, como siempre consigues hacerlo.

—No te prometo mucho –rió.

—M—

Lily sonrió cuando Andrómeda Tonks la abrazó completamente feliz al verla tan grande, hacía mucho que no se veían, la sujetó de la mano y la llevó hasta la sala, le puso un enorme álbum en las piernas.

—Bueno, corazón hermoso, ha llegado el momento de humillar a papá –soltó acariciando el estómago de Lily –no te alteres mucho, pero tendrás uno idéntico –vamos, Lily, ábrelo.

Lily observó a Ted, que negó divertido, se sentó en el sofá frente a ellas, con la mirada fija en ella, que tenía las mejillas sonrojadas por la intensidad de aquel gesto sobre su persona.

Las fotos comenzaron con una hermosa bruja de cabellos extravagantes y un varón un poco acabado, desde que no se le notaba el embarazo, hasta que estaba a punto de dar a luz.

Teddy era un bebé encantador, bueno, ahora era un hombre asombrosamente apuesto, la barba de días le iba tan bien, que hacía que se le acelerara el corazón, bajó la vista de él de nuevo al bebé Teddy, en muchas de las imágenes, estaba desnudo, ella sonrió divertida, era lo más cercano de verlo como su madre lo trajo al mundo, y no le entusiasmaba mucho de que fuese tan pequeño.

Positivo [Teddy & Lily]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora