Capítulo 7

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Viernes 7 de febrero de 2020 3:25 A.M





Narra Axel





me despierto sobresaltado por los ruidos que vienen de afuera, son llantos y gritos desesperados y parecen ser de niños pequeños. Analizo la situación y me doy cuenta que es la casa de al lado, y los gritos son de los hijos de esa familia.

me asomo por la ventana de mi cuarto, que da al patio de los Anderson. No están en el patio, pero las luces de una parte de la casa están encendidas; los niños vuelven a gritar y cosas comienzan a romperse.

Corro hacia la cama a despertar a Iker, está profundamente dormido, parece no escuchar nada de lo que sucede allá. Lo muevo un poco fuerte, pero sin llegar a asustarlo y él se levanta, me mira y frunce el ceño.

I: ¿Qué pasa?.- pregunta con los ojos entrecerrados por el sueño.

A: algo está pasando en la casa de los Anderson, acabo de escuchar a los niños gritar y cosas rompiéndose en la casa.

I: ¿Qué? - parece que lo que dicho lo hace despertar por completo. Va hacia la ventana y se asoma igualmente.

A: tenemos que ir a ver qué está pasando .- estoy nervioso y tengo miedo de que algo malo les esté pasando a los niños.

I: si, pero iré yo solo .- comienza a caminar fuera de la habitación.

A: ¡pero claro que no! Yo voy a ir contigo


I: puede ser peligroso. - bajamos las escaleras y llegamos al primer piso.

A: me importa una mierda, no te voy a dejar solo. Además, les he prometido que iba a cuidar de ellos y pienso cumplir mi palabra. – no lo dejo hablar, abro la puerta y camino hacia la otra casa.

I: okay, okay, pero déjame ir adelante. Cubre mi espalda. – asiento de acuerdo y llegamos a la puerta principal de la casa; está cerrada, por lo que entre empujones logramos abrirla.

La casa está casi a oscuras, solo la luz que proviene de la cocina ilumina tenuemente la sala. El segundo piso está en total oscuridad y hay un ruido que proviene de allí. Nos miramos a los ojos antes de asentir y comenzar a subir. Mantenemos las posiciones, Iker adelante y yo atrás.

Subimos lentamente las escaleras y entre más nos acercamos al segundo piso, el ruido se torna más fuerte. Llegamos y lo que vemos nos deja un poco confundido, parece haber alguien en la puerta donde duermen los pequeños, parece ser la madre. Enciendo la lámpara de mi celular y al momento de hacerlo captamos la atención de la señora Anderson, esta voltea a vernos y su aspecto nos aterroriza. Está pálida, está despeinada, sus ojos están entre rojos y blancos y las venas se le marcan por todo el rostro. Nos quedamos quietos, estupefactos y sin saber qué hacer.

I: ¿señora Anderson? – Al momento que aquellas palabras salen de la boca de Iker, la señora comienza a correr hacia nosotros haciendo un sonido parecido a un gruñido.

nos quedamos en shock, pero logro reaccionar antes de que llegue a nosotros. Tomo el brazo de Iker y tiro de él, metiéndonos a ambos en el cuarto que estaba a mi derecha. No nos da tiempo de cerrar la puerta, cuando la señora Anderson se lanza a ella intentando ingresar, empuja demasiado fuerte y me veo en apuros. Iker se apresura a ayudarme y entre los dos logramos cerrar la puerta.

I: ¿Qué mierda ha sido eso? ¿Qué le pasa? – su respiración está un poco agitada al igual que la mía. Yo lo miré asustado por lo acababa de pasar por mi mente. - ¿Qué? ¿Qué tienes? ¿estás bien? – se acerca tomando mi rostro entre sus manos.

A: ella está actuando como el señor de restaurante, también como las personas que nuestros papás describieron. Ella parece haber sido afectada por esa extraña enfermedad que vuelve agresivas a las personas – él acerca su rostro al mío y junta nuestras frentes. Es una forma que tenemos para mantenernos calmados.

I: tienes que calmarte Ax, calmate, estoy contigo, ella no va a hacernos daño. – su voz es baja y suave, en un intento de calmarme, y funciona.

A: los niños. – mis ojos se abren desmesuradamente. - ¿y si ella les hizo daño y por eso los gritos que escuché? ¿Dónde están? Cuando entramos no vimos rastro de ellos. Tenemos que encontrarlos Iker.

I: shh shh, vamos a encontrarlos. Creo que están en la habitación de ellos, parece que ella reacciona al ruido y por eso su atención se desvió de aquella puerta para venir hacia nosotros, los más probable es que estén allí. – asiento de acuerdo con lo que está diciendo. – tenemos que ir por ellos, pero no podemos salir por esa puerta, ella está ahí esperándonos.

A: tendremos que salir por la ventana, es un poco alto, pero no tenemos mas opción. – mantengo la calma, lo más importante es salir de aquí con los niños, no mis estúpidos pánicos. Nos acercamos a la ventana y vemos que efectivamente es un poco alto, si caemos bien, podemos salir ilesos de esta.

I: yo iré primero, cuando te diga que te lances lo haces ¿de acuerdo? – asiento con la cabeza y él suspira para sacar su cuerpo por la ventana y sentarse en esta listo para lanzarse. Antes de que lo haga agarro su brazo. – hazlo con cuidado, por favor. – él asiente para luego lanzarse. Observo como cae al piso y luego mira hacia arriba dándome una sonrisa que me indica que está bien, suspiro aliviado.

A: ¿estás bien? – grito en un susurro para que solo él sea capaz de escucharme.

I: si – me responde de igual manera. – es tu turno Ax, lánzate que yo te agarro. – copio sus movimientos y cuando estoy sentado en la ventana le hago una seña para que sepa que ya voy a tirarme. Él me hace un ademan con sus brazos para que lo haga. Salto de la ventana y cierro fuertemente los ojos, esperando sentir el piso impactando con mi cara. Pero no pasa eso, siento unos brazos aferrándose a mi cintura, Ax me había atrapado. Abro los ojos y nos quedamos mirando. 

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