Capítulo 11

17 4 7
                                    





no sabemos a ciencia cierta qué está pasando. hace un momento el parque estaba en completa tranquilidad, con las risas de los niños por todas partes y ahora eso se vio perturbado por todos esos gritos desgarradores.


I: ¿ahora qué sucede? - todos miraban alrededor, pero nadie lograba visualizar la razón de dichos gritos.


A: no lo sé, pero no me gusta para nada. - saco a Nico del carrito en el que estaba jugando y lo cargo. - vamos por Mateo y vayámonos de aquí - Vamos hacia los columpios y lo buscamos, pero no lo encontramos por ninguna parte.


I: Carajo, le dije que no se moviera de aquí - miramos a nuestro alrededor y no lo vimos. - voy a buscarlo, quédate aquí vuelvo enseguida.


corrí de inmediato buscándolo en los juegos cercanos y preguntando a las personas, pero nadie parecía haberlo visto o no querían responder. hay demasiadas personas en el parque, Por lo que es un poco difícil encontrarlo.


I: ¡Mateo! ¿dónde te metiste niño? ¡Mateo, tenemos que irnos! - a lo lejos veo a niño jugando con varios más, me acerco un poco más y me doy cuenta que es él. - Mateo - lo llamé, él volteó inmediatamente, se levantó del piso y abrazó mis piernas.


M: Íker


I: te dije que no te fueras de ahí, tienes que hacer caso niño.


M: lo siento, sólo quería jugar con ellos - bajó su mirada triste


I: no pasa nada, vamos - tomo su mano.


caminábamos hacia el lugar en el que se encuentra Íker, cuando de repente las personas comienzan a correr y los gritos vuelven a escucharse por todo el parque. nos empujaban y se tropezaban con nosotros, pero a nadie le importaba sólo estaban huyendo de alguna cosa. casi soy separado de Mateo, Por lo que lo cargué para no perderlo.


corrí empujando a los demás y apartándolos de Mateo; en un descuido alguien me empujó por detrás, haciendo que me estrellara con otra y caímos al suelo. No solté al niño en ningún momento y cuando estaba a punto de levantarme, me di cuenta con quien había tropezado.


me recordó a la mamá de los niños, con los ojos rojos, la piel pálida y las venas sobresaliendo por todo su cuerpo. Antes de que pudiera reaccionar, ese hombre se tiró hacia nosotros; lancé Mateo fuera del alcance de sus manos y el tipo cayó sobre mi intentando morderme. me defendí como pude, manteniendo su boca y manos lejos de mí; cuando por fin pude quitarlo de encima mío, le di una fuerte patada a la cara. el tipo cayó, pero volvió a levantarse como si nada.


Mateo lloraba fuertemente y tenía miedo de que lo fueran a atacar mientras yo estaba distraído, así que mi única opción era acabar rápidamente con ese tipo. lo golpee varias veces haciéndolo caer y dejándolo inmóvil al golpearlo repetidamente en la cabeza.


cuando tuve la certeza de que no se iba a levantar corrí hacia Mateo, lo cargué y abracé para darle consuelo.

ATACKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora