Capítulo 5

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Esteban...

Debía aceptar que la llamada del hospital me había vuelto loco, no había pensado, simplemente había salido corriendo y no me había detenido a pensar si no hasta que tuve a Mónica frente a mí.

Jamás había sentido miedo, al menos no como el que había sentido al escuchar que ella había tenido un accidente, había pensado en todos los posibles escenarios, en Mónica inconsciente en una cama de hospital, incluso cosas peores que eso.

No importaba nada solo quería estar ahí con ella y tomar su mano, asegurarme de que estaba bien, podía jurar que al ver su ceño fruncido al verme, había soltado el aire contenido desde que había salido del rancho.

Y verla bajar del auto desesperada por alejarse de mí, fué como una patada en las pelotas. No había pensado en la posibilidad de que ella ya no quisiera ni verme, no sabía porque había creído que seríamos amigos. era obvio que después de todo no sería así, pero quizás necesitaba que ella me lo dijera.

Esa noche al regresar a la casa sentí la necesidad de llamarle, preguntarle si estaba bien, si no sentía dolor por el golpe en la cabeza…pero sabía que si ella sentía dolor en aquel momento no tendría nada que ver con el accidente.

Porque aunque ya no sintiera amor por ella, habíamos compartido 9 años de nuestras vidas, era difícil pensar en ella como una simple ex. Decidí que la llamaría por la mañana, porque después de la terrible manera en que había acabado aquel día, no quería atormentarla más con mi presencia.

Alejandra me había pedido mudarnos juntos, o sea que quería venir a vivir al rancho conmigo, y suponía que ese era el siguiente paso pero realmente no lo había pensado.

Creía que antes de vivir juntos, saldríamos, como una pareja normal. No que saltaríamos a mudarnos, luego la boda y quien sabe que seguiría a eso. Sin embargo había aceptado que se quedara en un hotel del pueblo, comenzar a salir sin que la gente del pueblo corriera a contarle a Mónica.

Y llegaría en unos días, mientras tanto terminaría los asuntos de la separación de bienes con Mónica. debíamos decidir qué hacer con el rancho, ahora que ella también sería dueña de él.

Al día siguiente recibí una llamada de ella, me sorprendió que ella fuera la que llamará, así que contesté algo confundido.

-Hola.—Escuché un suspiro del otro lado, suponía que debía ser difícil todo esto de intentar llevar una relación educada.

-Hola Esteban quería saber si podrías pasar por el buffet más tarde, Necesito hablar contigo.—Su voz era contenida como si la obligarán a hablar conmigo, sin expresión.

Debía seguir enojada conmigo pero no quería hablar por teléfono de ello y esperaba que habláramos en persona.

-Claro ¿a qué hora quieres que vaya?.—Pregunté intentando no sonar ansioso.

-Mientras antes mejor, así que antes de medio día estaría bien.—Miré el reloj y apenas eran las nueve de la mañana.

-Ahí estaré.

Después de una hora, en la que aproveché para dejar instrucciones de que se haría en día con algunos animales y otros asuntos, salí rumbo al buffet. Al entrar pregunté por Mónica Torres Landa con una secretaria, era raro llamarla por su nombre de soltera después de tanto.

Entre Pasión y TentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora