Mónica...
Habían pasado las primeras dos semanas del mes, era una mañana hermosa, con un clima perfecto para ir a desayunar con Ana y Gabi. Así que nos habíamos juntado en un restaurante del centro, en una de las mesas que quedaban fuera del local. Aún no le contaba a ninguna el trato que Esteban y yo habíamos hecho, no estaba segura si debería hacerlo, pues no quería que todos pensaran que íbamos a regresar y al final decidiéramos no hacerlo.
Pero ellas eran mis mejores amigas, así que esperaba que lo entendieran mejor de lo que seguramente lo harían mi padre, Lucero o cualquier otra persona. Ordenamos tres jugos de naranja mientras leíamos el menú.
-En serio Mónica, cuando me dijiste que eras soltera de nuevo jamás pensé que nuestras salidas serían a desayunar.—Murmuró Ana leyendo el menú y me reí sin poder evitarlo.
-La próxima iremos a un club lleno de strippers.—Respondí haciéndola reír un poco.
-Sí, alcohol y jóvenes hombres con cuerpos perfectos.―Exclamó mi castaña amiga como si estuviera ansiándolo.—Alguien que nos lleve a casa, porque el marido de Gabi dudo que quiera revivir la última vez.―Reímos divertidas al escucharla.
-Yo puedo ser la conductora designada.—Respondió Gabi dejando su menú sobre la mesa, ambas la miramos con una sonrisa.
-No te preocupes, podemos turnarnos eso.—Aseguró Ana bajando su menú también, mientras yo terminaba de leer los especiales.
-En realidad, creo que me deberían tocar los primeros seis meses como conductora designada.—Añadió Gabi sonriendo, la miré confundida y Ana puso cara rara.
-Si tu propuesta es que nos turnemos cada seis meses, estoy fuera. No puedo pasarme tanto tiempo siendo la que se sienta sin hacer nada a tomar agua.―Sonreí un poco, mirándola por encima del menú.
-Intento darles un gran anuncio de forma divertida y diferente, lo están arruinando.―Dijo mi pequeña amiga poniendo los ojos en blanco. Bajé el menú y tuvo toda mi atención.
-Bien ¿Cuál es el gran anuncio?.—Pregunté mirándola con una sonrisa.
-Durante los próximos seis meses, no podré tomar alcohol, estaré probablemente más sensible que nunca y mis senos crecerán bastante.―Ana la miraba como si acabara de salirle un tercer ojo en la frente. Por mi parte empezaba a imaginarme cuál era el anuncio.
-¿Te aumentarás los senos?.—Preguntó Ana realmente confundida, me reí y Gabi la miró mal. Ella desde muy joven había decidido que los niños y ella no eran muy amigos, así que quizás lo que estaba por anunciar Gabriela ni se le pasaba por la cabeza.
-Debes decírselo con todas las letras, ella no lo va a adivinar.—Aseguré mirando a mi amiga, quizás con algo de celos, pero feliz por ella. Gabriela suspiró y sonrió con completa emoción.
-¡Estoy embarazada!.―Sonreí feliz por ella.
-¡Felicidades Gabi! Damián debe estar emocionado.—Dije sonriéndole. Ella sonrió con dulzura y Ana aún estaba solo ahí callada y pálida.
-Sí, él está muy feliz. No lo buscábamos, quiero decir, tampoco éramos muy cuidadosos porque queremos una familia, pero no creíamos que sería tan pronto.—Explicó sonriendo y con los ojos irradiando felicidad.