Capítulo 7

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Mónica...

Al salir del rancho me sentía como si hubiera ganado la segunda ronda del juego, Esteban se había olvidado de que yo lo conocía mejor que nadie. y eso me ayudaba a mover los hilos que necesitaba, el primero era el deseo.

Lo que había salido más que bien. Había elegido un atuendo sencillo pero con pequeños toques lo hacían verse sexy, como el ligero y coqueto escote de la blusa, y los pantalones pegados a mis piernas.

No había esperado la excesiva atención de los empleados del rancho, cuando vivía ahí no solían ser tan… amables. Pero había ayudado al propósito, así que no me quejaba, conocía a Esteban Martínez celoso y quizás no había sido tan dramático como en el pasado, pero estaba celoso y era un buen comienzo.

Gabriela me había pedido la acompañara a buscar su vestido para la celebración de su aniversario, así que fuí al centro en lugar de regreso a la casa, ese día estaba usando el auto de mi padre. en verdad necesitaba un auto, pero había estado tan ocupada que apenas me quedaba tiempo para eso.

Ella ya me esperaba en su tienda favorita de vestidos de gala.

-Lamento la tardanza, estaba en el Rancho y se me fue el tiempo.—Comencé y le di un beso en la mejilla como saludo, ella sonrió y le quitó importancia a mi tardanza.

-No te preocupes, tengo unos minutos de haber llegado. Pero ya elegí unos cuantos que quiero probarme.―Añadió emocionada, sonreí y fuimos al área de probadores, me senté mientras ella comenzaba a medirse los vestidos.

Salió a mostrarlos uno por uno, Gabriela tenía una figura delgada y delicada, así que los vestidos le quedaban preciosos, pero finalmente ambas nos enamoramos de uno que le quedaba perfecto con su silueta.

Era rosa salmón, el corte no llegaba hasta el suelo, era como hasta la pantorrilla y más corto de adelante, con los hombros caídos y un escote muy bonito. En la piel pálida de Gabriela el color resaltaba al igual que su cabello oscuro y sus ojos. Era perfecto para ella.

-Te ves preciosa, Damián se volverá loco.—Comenté tomando sus manos, ella sonrió e incluso vi un rubor en sus mejillas, lo que era raro en ella.

-Hablando de eso, gracias por aceptar quedarte en casa de tu padre el fin de semana.—Sonreí y asentí.

-No hay nada que agradecer, al contrario. Y no quisiera arruinar su aniversario, Deben divertirse y hacer bonitos niños.—Ahora ella sonrió divertida.

-Deberías llevar tu vestido también, he visto unos cuantos que creo te quedarían perfectos.—No había pensado en ir ese día a elegir un vestido, quería centrarme en ella y nada más. pero necesitaba un vestido y a decir verdad, la mayoría eran hermosos.

-Bien pues iré a buscar algo mientras te cambias.—Ella sonrió y entró de nuevo al probador, tomé un vestido con degradado de color desde gris hasta un azúl rey, uno negro y uno rojo rubí. los tres eran preciosos y muy distintos.

Me reuní con Gabriela de nuevo y me envió directo a los probadores. El primero fué el rojo, me gustaba el corte y el color, pero Gabi hizo una mueca apenas lo vio.

-Mónica por Dios, tienes una figura preciosa y ahora eres una mujer soltera. Debes vestirte como si fueras a conocer al hombre de tu vida. Ese vestido no te hace ver lo suficientemente sexy.—Yo me quedé con la boca abierta por semejantes palabras.

Entre Pasión y TentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora