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Oliver

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Oliver.

Tenía tan solo 10 años cuando hice aquella promesa.

Crecí, Emma ya no estaba y me obligué a olvidar...

Olvidar, porque no me gustaba sentir que algo me faltara, era un niño, sí, pero sabía que los sentimientos que sentía por Emma eran reales, eran algo que descubriría a su lado. Ella no necesitaba decir que sentía lo mismo, yo sabía que así era, por eso lo hice.

En esa vieja y abandonada casa del árbol, hace años atrás, yo decidí que, si ella se iba, no lo haría sin antes expresarle lo que me hacía sentir. Durante mucho tiempo, creí que eso beso fue lo mejor que me pudo pasar en la vida.

Nuestro primer beso, ni siquiera sabía lo que hacía, fue algo que hice sin detenerme a pensar, solo quería que ella supiera que no la olvidaría, sin importar que se fuera al otro lado del país, sin importar nada, yo quería que ella se fuera sabiendo que siempre la querría...

Pero, el tiempo paso, ella cambio y yo cambie.

A veces me gustaría volver a ser ese niño soñador, el cual ahorro todo el verano para comprar un boleto de autobús con destino a San Francisco, pensaba que todo estaría bien, que podríamos vernos y hablar cuando quisiéramos. La realidad es muy diferente cuando te das cuanta que solo eres un niño enamorado, que no puedes viajar tu solo, y sobre todo, que la distancia puede más que un sentimiento en el cuerpo de dos niños inexpertos.

Cada noche, me ordenaba una y otra vez dentro de mi cabeza, que la tenía que olvidar, que ella tenía una vida donde yo no estaba incluido, un nuevo colegio, nuevos amigos, y tal vez, un nuevo chico.

Entonces conocí a Alba, dos años después de la partida de Emma.

Alba se mudó con su madre a Vermont después del divorcio de sus padres, comenzó a reunirse con Camilla en el almuerzo. Cami es la chica popular, solo porque es muy bonita, cuando era niño pensaba que al crecer se convertiría en una princesa de Disney, que tontería. El caso es que mi mejor amigo, Duncan, siempre ha estado detrás de ella, así fue como los cuatro nos volvimos inseparables. Duncan tenía a Cami, y yo a Alba, aunque no seamos parejas oficiales todavía.

Creí que todo estaría bien, lo único bueno de la escuela era mi popularidad en aumento. Duncan y yo planeábamos que el nuevo curso será nuestro debut como jugadores en el equipo de fútbol americano del Instituto. Pensamos que sería una pasada brutal, y las chicas se volverían locas por nosotros, un pensamiento demasiado estúpido de nuestra parte, pero somos chicos de 16 años, tampoco es que tengamos prioridades muy importantes.

Sin embargo, la llegada de Emma lo cambiaba todo, al menos eso es lo que siento.

Cuando admití mis sentimientos por Alba, decidí olvidar por completo lo que sentía por Emma, pensé que así había sido, pero cuando la vi, sentada en el comedor de mi casa, le fue imposible a mi cerebro no recrear todos los momentos que pasamos juntos, uno tras otro, hasta culminar en ese último día...

SWEET ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora