~19~

87 22 19
                                    

Emma

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Emma.

El frío otoñal se había instalado, en otras circunstancias sería la chica más feliz del mundo, pero hoy tenía que ver el rostro de Malik y decirle lo que pasó con Oliver, no soy capaz de ocultarlo.

He sido muy cortante en los mensajes de texto que le respondo y me he negado a salir con él la siguiente semana. La verdad es que, no quiero salir de casa y toparme con ninguno de los dos. Mi cabeza no ha parado de dar vueltas desde que mis sentimientos se vieron revueltos entre dos chicos.

Por desgracia, estoy obligada a ir a clases, eso implica que no importa lo que haga, los veré, eso es seguro.

Tomo mi abrigo de mi closet, es de un material suave y color capuchino —uno de mis favoritos—. Bajo las escaleras y mi madre junto con mi hermano ya me están esperando para desayunar.

—Hoy tardaré un poco más de lo normal —dijo al momento de sentarme—. Regresa cuanto antes a casa después de la escuela, no me gusta dejar solo a Emmett.

Ambas observamos a mi hermano. Si yo me sentía mal, supongo que él estaba peor, le rompieron el corazón por primera vez y papá ya no está para hablar de eso en privado.

Mamá hizo su mayor esfuerzo y pasó toda la noche a su lado. Lo cual agradezco, porque olvidó por completo mi asunto, del que le hablé previamente antes de que mi hermano menor entrara a casa como remolino.

—Claro. —Le aseguro untando un poco de mantequilla en mi tostada.

Ella me da una sonrisa discreta.

—Por poco lo olvido ¿Qué es lo que querías decirme?

Trago en seco, abro los ojos y tomo mi taza de té para no ahogarme con el bocado.

—Nada importante —carraspeo—, olvídalo.

Desvió la mirada para disimular.

—¿Segura? Creo que mencionaste algo sobre Malik.

—Ahm... sí. —Me distraigo cortando un pedazo de tostada—. Ehm... quería salir hoy, pero le diré que tengo que llegar a casa temprano.

Mi madre abre la boca para decir algo, pero la voz de mi hermano la interrumpe.

—Dile que venga —suelta de repente.

Ambas nos quedamos con la boca abierta, él continúa:

—Necesito un compañero de juego ¿Le gustan los videojuegos a tu novio? —Me pregunta con picardía.

—¿Novio? —Comenta mamá.

—Si, le gustan —contesto disimulada.

—Bien. —Mett asiente, da un mordisco a su tostada—. Ya me aburrí de jugar solo —finaliza con la boca llena.

Comparto una mirada con mi madre, ambas sonreímos por lo que acaba de decir. Sin duda, Emmett fue quien más sufrió con lo de papá. Yo supe desde el principio sobre su enfermedad, pero mis padres decidieron no decirle nada hasta saber la gravedad del asunto.

SWEET ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora