Capítulo 22, Nada.

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Desperté con el sonido de mi alarma. En realidad ya no me molestaba...¿porqué?

Ah sí, porque tenía al mejor novio del mundo. Y lo vería después de arreglarme.

Miré al techo y sonreí...

¿Cómo es que pasamos del odio al amor? ¿Porqué habíamos llegado al extremo de en realidad "odiarnos"? Reí bajito.

Me incorporé y me senté en la orilla de mi cama mirando mi habitación. Me levanté y caminé al baño. Me lave la cara para despertar completamente y abrí la regadera. El agua salió de inmediato y me quité la ropa.

Tardé unos 10 minutos en bañarme y después salí, enrrollé una toalla en mi cuerpo y otra en mi cabeza. Salí del baño. Cerré la puerta de mi cuarto y en eso entró Alan.

-Oh, perdon...perdoname. Encerio lo siento.- se tapó los ojos y se volteó rápido. Reí.

-No te preocupes Alan. Malo que estuviera sin toalla.- separó dos dedos y destapó un ojo.

-¿Segura?

-Si encerio...dime, ¿cuántas veces me bañaste de pequeña con mi mamá?

-Bueno si...pero...haz cambiado. Ya sabes. Por eso todos te ven de una manera tan...sucia.- volví a reír.

-¿Soy la única que no se da cuenta que me ven?

-Eso creo. Y es bueno. Porque te confieso que hasta a Alonso se le han salido unas palabras que a veces digo,¿con esa boquita come?

-¿Encerio?- sonreí como niña buena.- ¿Me dirías lo que ha dicho?.- se carcajeó.

-Otra pervertida...¡no!, no te voy a decir _____Leyva Navarro.- salió del cuarto.

Fui a mi armario y saque unos jeans negros, elegí una blusa con estampado de cebra y unos zapatos negros. Entre a mi baño y me cambie.

Me maquille con una pequeña capa de maquillaje (no pos' sí :'v), rimel, y me puse labial. Cepille mi cabello y lo dejé suelto. Salí de mi cuarto y toqué la puerta de Alan.

-¡Pasa!.- me gritó desde adentro. Entré y lo vi, llevaba una chaqueta negra al igual que sus vans, unos pantalones de mezclilla y una musculosa blanca.

-Oye, ¿cuándo te operan?.- le pregunté y me miró confuso.

-¿Qué?

-Esque...en realidad necesitas unos implantes hermanito. Estas medio planito.- me heche a reír.

-¿Cuántas veces te tengo que decir que estoy bien delicioso?

-Hasta que vallas y te operen el trasero.- se levantó de su cama.

-Oh, no. ¡Espera!.- me levantó en sus hombros y me tumbó en su cama, me empezó a hacer cosquillas y yo me reía sin control alguno.

-¡Dime que soy delicioso y te soltaré!.- me gritó por encima de mi risa.

-Mi mami me enseñó a no mentir.- contesté con dificultad. Entró mi mamá al cuarto.

-Hey, hey. Alto. Esperen...¿que sucede aquí?.- nos preguntó sonriendo.

-Tu hijo mamá. Que está bien plano.- le dije y Alan me soltó.

-¿Verdad que no mami?.

-Claro que no...emmm...voy a alimentar al perro.- salió del cuarto.

-¡Pero si no tenemos perro!...- le gritó Alan.

-¡Exactamente!.- le contestó mi mamá y soltó una carcajada.

Polos Opuestos (Alonso & Tú). [ 1°- Temp.-TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora