Capitulo 23, Concéntrate sólo en mi voz.

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Regresé a mi casa en el auto de Alan, había intentado hablar con Jos muchas veces después de el descanso...pero lo único que conseguía era que me aventara la mano o que sólo salieran 3 palabras de su boca: "Déjame en paz".

Odiaba enojarme con Jos, con mi hermano, al que le confiaba hasta más cosas que a Jessica. Lloré en una clase y tube que correr al baño. Nuestras peleas normalmente duraban 5 minutos y listo. Pero me estaba evitando. Y me dolía como un millón de cuchillos en el pecho. La voz de Alan me devolvió a la realidad.

-Hermana...¿estás bien?.- me tomó del hombro.

-Si, estoy bien.- me miró inseguro y le sonreí. Bajamos del coche, entramos a la casa y corrí de inmediatamente a mi recámara y me heché en mi cama a llorar.

Marqué los 10 dígitos de el celular de Jessica que me contestó rápido.

**Llamada**

-Guapa, ¿pasa algo?.

-¿Puedes venir rápido?.- contesté con la voz entre cortada.

-Ya voy.

**Fin de la llamada**

Dejé el teléfono en el buró y me fui a lavar la cara. Cepillé mi cabello y bajé por un vazo de agua. 

Mi mamá estaba recargada en el regazo de Alan y ambos estaban dormidos. Les sonreí y besé la frente de mi mamá y después la de Alan. 

Me dirigí a la cocina y me serví el vazo de agua. Cuando lo terminé volví a subir y cerré mi puerta.

Sonó el típico ruido odiable que decía que la pila se iba a terminar. Bufé. Abrí la puerta pequeña del buró y se calló la caja.

La examiné y entonces me acordé y la destapé.Sí, tal y como la recordaba. 10 navajas de sacapuntas, 7 normales y un bote lleno de píldoras con contenido desconocido.

Tomé una navaja y mis lágrimas salieron de mis ojos.

Escuché algo en la ventana y volteé rápido tirando todo por la alfombra.

-Ni se te ocurra hacer eso _____ Leyva Navarro.- saltó Jessica por la ventana y solté la navaja que también calló al piso.

 -No me gusta enojarme con nadie...y mucho menos con Jos.- me senté en la orilla de mi cama. 

 -¿Ibas a hacer algo?.- señaló las navajas.

 -Primero no. Abrí la puerta pequeña y... la caja calló. Vino a mí la imagen de Esteban...- solté en llanto y me abrazó muy fuerte.

 -Tranquila, tranquila. Sábes que aún está contigo en todo mometo. Jos te ama...y lo sábes.- me dio palmaditas en la espalda y me soltó.

 -Gracias por todo.- traté de sonreír.

 -No, yo sé que no estás bien ____. No intentes sonreír. No te preocupes, no te esfuerzes por algo que no sientes.

 -Tú mejor que nadie me entiendes.- besé su mejilla.- Por otro lado...pensé que habías dejado el hábito de subir por la barda hasta la ventana.

 -Por favor. Tengo casi 8 años subiendo por ahí. No puedes prohibirme escalar esa barda...además es divertido. Y tu vecino de enfrente esta...¡uff!.- la miré confusa.

 -Pero...enfrente no vive nadie.

 -¿No? De la ventana de tu mamá se verá mejor. Si no había nadie ahí...se acaban de mudar, vamos.- sequé mis lágrimas y salimos al cuarto de mi mamá. 

Polos Opuestos (Alonso & Tú). [ 1°- Temp.-TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora