Capitulo 15: Descubierta.

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En el dojo Abarai, se podía ver al maestro de ese lugar, enseñando a sus estudiantes. Aquel maestro era también un buen esposo... y padre, el padre de Renji. Para saber como será Renji a los 40 años, sólo faltaba verlo a él, con el cabello unos centímetros más largo y recogido en una trenza, y a excepción de él, no tenía tatuajes. Vestía con el kimono blanco de las artes marciales y con una cinta negra rodeando su cintura.

Como una rutina habitual, primero hacía calentamientos con sus estudiantes, luego pasaban a las técnicas y finalmente, las clases terminaban con una pequeña pelea entre estudiantes, para poder demostrarle más fácilmente lo que hacían mal. Después de todo eso, los estudiantes se cambiaban, se inclinaban ante su sensei y se retiraban a sus respectivos hogares.

Pero aún no terminaban las lecciones del sensei, aún le quedaba un estudiante más, su hijo y heredero, Renji. Ambos entrenaban juntos normalmente unas cuatro horas más, parecía que a ese hombre no le preocupaba para nada el estado de Renji, ya que le seguía enseñando y derrotando en sus batallas de entrenamiento.

-Ya no puedo mas – Cubierto de sudor y tirado en el suelo de espaldas con los brazos extendidos, Renji respiraba de una forma muy acelerada, algunos mechones de su cabello estaban pegados a su rostro a causa del sudor.

-Esas no son las palabras que debe decir un guerrero en el campo de batalla... o el heredero cuando esta en calentamiento.

¿Calentamiento? ¿A eso le llama calentamiento? Mi familia definitivamente son unos locos obsesivos sobre esto.

-¿Eso es todo lo que das? ¿Y pretendes protegerme con ese nivel?

Renji gruño al oír esa endemoniada voz, giro su rostro a su derecha para observar la entrada y observo a Rukia con una sonrisa de burla y de brazos cruzados. Vestía un vestido blanco con las mangas rozándole los hombros y le llagaba a las rodillas, que combinaba con unas sandalias del mismo color.

-Oh, Rukia-sama, buenas tardes – Saludo el padre de Renji, inclinándose.

-Oh, el placer es todo mío señor Abarai – Pescando su vestido y hace una elegante reverencia con una sonrisa "angelical".

Aquí vamos de nuevo. Pensó Renji al ver la actuación de su amiga.

-¿A qué has venido diabla?

-¿Así agradeces mi amabilidad de querer alegrarte el día con mi presencia?

-Oh, que mal agradecido soy... lo mejor es que te vayas, no merezco tu presencia.

-Si, es verdad, no la mereces – Renji la maldijo en su mente, ¿Cómo era posible que hubiese tanta maldad en ella? Es peor que Lucifer. Como pudo, se puso de pie y la miro con ojos bestiales – Vale, vale... me pillé a alguien en el camino y venía para acá, así que decidí acompañarlo.

-¿De que estas hablando? – Incorporándose. Confundido, oía las pisadas de alguien, acercándose cada vez más, hasta que finalmente se dejo ver, sorprendiendo al pelirrojo – ¿Kira?

-Tanto tiempo Renji – Saludo con una pequeña sonrisa. Izuru Kira era un adolescente de la misma edad que él y los demás, de corta cabellera rubia, ojos negros y piel extremadamente blanca, a simple vista, parecía ser una persona reservada y enfermaen salud.

-¡Cabrón, ven aquí! – Le grito emocionado al momento que le daba un abrazo de camaradas, golpeándole la espalda con las palmas de sus manos. – Debiste llamar, pude haber ido por ti.

-No quería interrumpir tu entrenamiento, además... pensaba darte una sorpresa, pero Kuchiki-san lo ha arruinado – Pasando una mano detrás de su cabeza.

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