Capitulo 24: Desaparecida.

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La lluvia era algo buena para el mundo, para evitar sequias y otras cosas.

Pero era el centro del aburrimiento y del peligro para las sirenas.

Nelliel lanzó un hondo suspiro llena de aburrimiento, pensaba irse temprano, y ahora, por culpa de la lluvia tendría que quedarse en su oficina. No tenía papeles que ordenar, así que decidió quedarse con la vista en su computador y navegar en varias páginas, pero no había nada interesante y sólo atino en soltar un "maldita lluvia que me deja encerrada".

Tal vez si leía un poco...

Se puso de pie con el pensamiento de instalar un televisor en su oficina para el próximoencarcelamiento y salió del cuarto con destino a una pequeña biblioteca que tenía el establecimiento, no sin antes pedirle a su secretaria que fuese al casino y le comprase un café y un emparedado y que se lo dejase en la oficina. Podría hacerlo ella, pero para ello, tendría que salir e ir al otro edificio y eso sólo implicaría mojarse.

Llego a la biblioteca y estuvo buscando algo con que entretenerse, pero casi todo lo había leído ya. Siguió con la búsqueda y finalmente encontró algo con que pasar el rato. Se acercó a la bibliotecaria para avisarle y esperaba a que ella la anotase en la computadora y se marchó.

Un escalofrió invadió su espina dorsal, ahora estaba teniendo miedo de volver a su oficina, que debería arriesgarse y pasar todo el resto del día con Maya en la gran piscina. Lanzó un suspiro, esto era ridículo, estaba en sus terrenos y no era para nada débil, ¿De qué debía tener miedo?

Recuerda la noticia en My Space y sacude la cabeza.

-¿Por qué? – Susurro pasando una mano por su frente y sonrió con ironía al darse cuenta que no podía olvidarlo. – Voy a pensar seriamente que las sirenas tenemos problemas de amor muy graves.

Le llamo la atención que su secretaria no había vuelto, de seguro debe estar lleno o algo así.Se sintió un poco culpable de haberla enviado bajo la lluvia, se tendría que disculpar con algo grande. Con tal decisión, abrió la puerta de su oficina dispuesta a sentarse y pasar el día leyendo...

O tal vez no.

Cerró la puerta y su cuerpo se gira, sorprendiéndose al ver que no estaba deshabilitado y el libro se le cae de las manos.

-¿Nnoitra?

El criminal liberado, el conocedor del secreto, el ex novio de Nelliel, estaba en su oficina. No había cambiado, seguía alto, de una cabellera muy lacia, negra y larga. Con unos oscuros ojos negros que demostraban toda la frialdad del mundo como un animal salvaje a punto de devorar a su pequeña e indefensa presa. Su piel seguía blanca y protegida por unos jeans azul oscuro y una camisa de largas mangas que estaban dobladas y de color blanco.

Por reacción, atino en correr hacía el escritorio y pescar el teléfono, pero el muchacho fue más rápido y tomo su mano con fuerza, impidiéndole alzarlo con el auricular. Nelliel iba a tomar otra táctica, pero él siempre se le adelantaba... lo que hacían los años. Se sonroja al darse cuenta que estaba acorralada en la pared, con aquel hombre delante y muy cerca.

-En el momento que supe de tu liberación, debí haber puesto más seguridad en mi Acuario y oficina. – Hablo la muchacha con frialdad, no iba a perder ante aquel hombre que revolucionaba su corazón a pesar de los años y de su traición.

-Cómo si esos patanes débiles pudieran conmigo. – Decía con arrogancia.

-Para ser un ex Aqua, actúas como un patán, ¿Dónde esta lo que te enseñaron?

-¿Esa es la forma en que recibes a tus viejos conocidos?

-Así recibo a los traidores que me causaron gran daño. – Atacó sin perder la calma y apoyando su mano derecha en el pecho de su depredador. – ¿Por qué viniste? ¿A burlarte? ¿A amenazarme a revelar el secreto?

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