capitulo 28

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|Capítulo veintiocho|

Desperté lentamente, mis ojos se abrieron poco a poco y cuando se acostumbraron a la luz, noté que el techo era de color blanco. Quise levantarme pero un fuerte dolor apareció en mi pierna, solté un gritito.

—Tranquila, dentro de unos días sanará.—Dijo Niall tranquilamente mientras me miraba a los ojos. Con esfuerzo me acomodé mejor en la cama quedando sentada.

—¿Estamos en un hospital?—Pregunté y él asintió.—¿No es peligroso?

—John se encargó de todo.—Explico.

—¿Y Harry?—Resoplo y aparto su mirada.

—Yo estuve a punto de morir por ti y tú te preocupas por él; está bien, sano y salvo.—Contestó mirándome de nuevo a los ojos y fruncí el ceño.—Que tonto, ya no te acuerdas de eso porque estabas desmayada. Bueno, después de que te recogí del piso, aparecieron sus guardaespaldas, gracias al cielo pude matar a esos orangutanes.

Ahora fui yo quien aparto la mirada.

—Gracias…—Agradecí y sentí que se acercaba a mí.

—Prefiero un te amo.—Contestó.

Entonces recordé el ‘te amo’ que le dije a Niall antes de que me desmayara y un ‘te amo más, pequeña’ de su parte. Mis mejillas comenzaron a arder.

—Sobre eso…—Me interrumpió.

—Lo dijiste con tanta sinceridad que te creí.—Comentó y lo miré.

Estaba algo cerca, pero no tanto como lo hubiera deseado. 

—Bueno, estaba casi muriendo.—Justifiqué y el río.

Se acercó aún más, se sentó en la orilla de la cama, estaba a centímetros de mí. Tenía tantas de besarlo; sus ojos azules brillaban y sus labios largos y delgados se veían tan deseables. Se inclinó hacia mí lentamente pero lo tomé del cuello de la camisa y lo acerque hasta que sus labios se encontraron con los míos.

Mis manos jugaban con sus cabellos despeinados y él acariciaba mi pierna por encima de la manta, su mano se metió por debajo de ella y ahora si acaricio mi pierna directamente, sentí un escalofrió recorrerme el cuerpo, comenzó a subir la bata hasta llegar a mi ropa interior, ¿Qué sí tenía intenciones de pararlo? No, no las tenía.

—Mierda, _____.—Dijo y se separó de mí.

Lo miré confundida. 

—¿Por qué me provocas?—Preguntó.—Yo no pienso hacerte el amor en una cama de hospital, por más tentador que parezca y por más que quiera.—Dijo y sentí mis mejillas arder.

—Lo siento.

—No te disculpes, fue mi culpa. Pero en cuanto salgas de aquí…—Dejo la frase por el aire.

—Lo haces tan fácil, Niall ¿Tú crees que ya te perdone?—Fingí enojo.

Había salvado mi vida, creo que eso era suficiente para perdonarlo.

—Creo que sí...—Respondió muy convencido y yo reí.

Tocaron la puerta y se abrió, un hombre de unos treinta años con bata blanca y lentes se acercó a mí y a Niall.

—¿Te duele?—Preguntó y yo negué con la cabeza.—¿Y tú Niall? Quiero revisar tu golpe.

Niall se bajó de la cama y se levantó de la cama, se sacó la camisa y además de trabajado abdomen, noté un enorme moratón en su costado, tenía un color morado. Me mordí el labio.

—Ya está menos inflamado, pero quiero que sigas tomando tus medicamentos. — Dijo y ahora me miró a mí.— Tu herida no fue tan grave, dentro de unos días podrás volver a caminar.—Informó y sonreí.

—Gracias.—Contesté

El hombre salió de allí dejándome de nuevo con Niall, este se agacho para recoger su camisa.

—¿Quién te golpeo?

—Uno de los guardaespaldas de Joe cuando trataba de entrar a la casa. 

—Oh…

—No te pongas así, además me darás mi recompensa cuando salgamos de aquí ¿No? Te folla…—No lo deje terminar y le lancé una almohada.

Me reí al verlo quejarse.

—Eres mala.

—Y tú un pervertido.

—Gracias.

—Idiota.

—Eres mi pequeña.—Comentó y sonreí.

Camino hacia mí, se inclinó y antes de besarme, me susurró algo .

—Sé que te encanta que te diga así.—Dijo y me besó en los labios.

La Estafa Horan (Niall y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora