Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ɴᴜᴇᴠᴇ

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El cielo gris se iluminaba gracias a los relámpagos pero el lugar se seguía sintiendo cálido. Estaba dentro de un salón vacío, se sentía perdido y solo. Lo único que le daba la luz al lugar eran relámpagos que se veían a través de las ventanas.

-- No eres ordinario, Félix. -- la voz de Changbin resonó en todo el lugar y negó, esto era confuso.

El salón se iluminó del todo y un hombre apareció en medio de la habitación, vestía extraño, llevaba una túnica. El extraño le sonrió, tan extrañamente familiar.

-- Al fin se da lo de ustedes -- el hombre se acercó a él, Félix pudo vislumbrar su piel pálida y sus ojos delineados de negro intenso haciendo su mirada profunda. -- ¿No tienes curiosidad sobre ti mismo? -- el rubio frunció el ceño. -- Que Changbin se queme al tocar tu piel sin tu permiso y puedas sentir los sentimientos ajenos no es una coincidencia -- el tipo le sonrió. – Y no terminará ahí.

-- ¿Quién eres? -- fue lo único que se le ocurrió preguntar. –¿Qué son estos sueños?

-- Cuando te sientas listo, pídele a Changbin que te lleve a ver a Lee Minho -- el rubio caminó más cerca del contrario, ese tipo era muy diferente a los de su sueño anterior. -- Solo espera...

El rubio abrió los ojos de golpe, se encontró con la oscuridad absoluta y un cuerpo caliente junto a él. El aroma de Changbin estaba por toda la habitación. Recordó que ahora estaba en la casa del pálido, sus padres habían vuelto y volvieron a los viejos hábitos cuando perdían el dinero, pelear.

El rubio permaneció en silencio por unos minutos que parecieron eternos, ni siquiera sabía el tiempo que llevaba conociendo a Changbin y aún no podía creer que este fuera Lucifer. Los sueños, los jodidos sueños eran una mierda. La escena de los otros dos se repetía en su cabeza una y otra vez, era como si lo sintiera más real a cada sueño, sentía un deja vú que se le hacía aún más extraño. No era como algo que sueñas, sino como algo que sientes haber vivido.

Changbin le había dicho que mantuviera sus pensamientos para si mismo y lo estaba llevando bien aunque al principio costaba no ahogarse con los sentimientos de gente, poco a poco lo fue logrando.

Su "relación" con el pálido no avanzaba a algo más que besos además que se veían muy poco. Changbin iba a buscarlo a la universidad y lo dejaba en su residencia con Seungmin para irse y volver horas después donde lo besuqueaba para después dormirse abrazado a él.

El ambiente en la universidad estaba demasiado tranquilo por lo que la ansiedad volvía a él, sentía que esta era la calma antes de la tormenta o peor aún, la tranquilidad antes de la explosión. Su cabeza no dejaba de jugar con él, las cosas siempre se pueden poner peor. No quería, le gustaban las cosas ahora.

Changbin le gustaba, los pequeños detalles que hacía hacia su persona le gustaban y se maldijo por ello. Puede que lo dejase solo hasta la noche, pero siempre le dejaba notas o el desayuno hecho, también le mandaba mensajes preguntando su estado y diciéndole cosas lindas o simplemente llegaba con helado y chocolates los cuales comían después de que el pálido se diera una ducha. Le gustaba la forma en que los dedos de Changbin viajaban por su rostro, el rey del infierno lo miraba como si fuera algo mágico o demasiado preciado, otra cosa que le gustaba y a la vez odiaba.

¿Qué iba a pasar cuando Lucifer lo abandonara? ¿Qué pasaría si se acabasen los mimos y todo lo que Changbin hacia por él? Félix intentaba no pensar en ello pero fallaba abismalmente. La ansiedad iba a comerlo vivo si seguía así, el pánico de lo que podría pasar después no lo abandonaba.

Tarde se dio cuenta de que se había acostumbrado a Changbin y tomado mucho cariño, se dio cuenta cuando Jeongin se burlaba diciendo que era su novio porque se comportaba como uno, el rubio no pudo evitar sonrojarse y sonreír ante la idea.

Lucifer  [Changlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora