Eᴘɪ́ʟᴏɢᴏ

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Jeongin se había quedado con el brujo durante varios días sin saber nada de nadie. Primero había desaparecido Seungmin seguido de Chan y por último Jisung.

Minho le había dicho que se tranquilizara, que la desaparición de los demonios era buena señal ya que habían sido invocados por su verdadero amo, Félix estaba bien.

Así que, Jeongin pasó varios días bajo el techo del brujo, Minho le había enseñado unos trucos bastante hábiles y el que más usaba era mover las cosas de su lugar para facilitarle muchas cosas. El peli castaño contaba los días, horas y minutos de la última vez que vio a su mejor amigo, era desesperante no saber nada pero aprendió a mantener la calma.

Ahora estaba en la biblioteca de Minho tratando de saciar su curiosidad, había demasiado material y de había vuelto loco cuando encontró la historia de el arcángel redentor el cual decía que pertenecía a ambos mundos, pero Jeongin se dijo que ya no era parte del cielo, ya estaba Miguel cómo guerrero y su tarea no se realizaría allá arriba. Estaba encantado.

La biblioteca era enorme, las estanterías estaban llenas hasta el techo. Estaba todo separado por géneros y autores los que tenían, había algunos libros demasiado viejos de un autor anónimo. Dió fin con un libro basado en Changbin, Satanás era representado a lo largo de su vida en siete diferentes príncipes demonios con diferentes nombres que representaba diferentes cosas. El novio de su mejor amigo era "famoso" y el brujo blanco río de eso, si el resto de la humanidad supiera.

La atención de Jeongin fue captada por otro tomo que estaba demasiado lejos de su alcance, lo visualizó en su cabeza y le ordenó silenciosamente que bajara a sus manos sintiendo la energía cálida fluir a través de sus dedos atrayendo el material como el imán al metal. Una vez el libro en sus manos Jeongin sonrió, sopló la capa de tierra sobre el tomo tociendo un poco producto del polvo.

"A obscuras" era el título de otro autor desconocido.

Iba a abrirlo cuando escuchó la puerta ser abierta, supuso que era Minho y lo ignoró dejando el libro a un lado. Iba a buscar otro para llevarse ambos a su habitación, bueno, la que le había dado el brujo cuando un tirón en su pecho lo detuvo.

Volteó encontrándose con alguien que realmente no esperaba, Hyunjin estaba ahí como si nada vistiendo ropas negras cruzado de brazos como si nada ¿Cómo mierda podía estar ahí como si nada? ¿Era real o una invención de su mente? Su cabello ahora era castaño muy oscuro, tenía un aura que no se comparaba al Hyunjin de antes.

-- ¿Qué clase de bienvenida es esta, amor? ¿Solo vas a quedarte ahí, bebo? -- abandonó su postura relajándose mientras hacía pucheros.

Jeongin sintió sus ojos llorosos y no dudó en caminar con rapidez hacia él, se fundieron en un abrazo que demostró todo el anhelo y preocupación. El menor se permitió llorar mientras el castaño acariciaba su cabello platinado durante varios minutos. Ambos se separaron después de varios minutos, Jeongin tocó sus hombros y rostro como si estuviera cercionando de que fuera real.

-- Finalmente eres tú -- dijo con voz ahogada. -- Todo este tiempo, yo pensé yo.. -- estaba a nada de volver a llorar hasta que Hyunjin acarició sus mejillas limpiando la humedad con sus dedos.

-- Jamás me iría de tu lado, Yang -- murmuró haciendo que el otro se calme levemente. -- Ahora que sabes la verdad, conoces el otro mundo y hasta eres un poco parte de el puedes también saber que llegué aquí hace unos años con una misión en la que no tenías nada que ver, mi deber era Félix pero cuando te vi... Yo simplemente no pude ir detrás del equivocado.

Las manos de Jeongin se hicieron puños en el pecho del mayor, ambos juntaron sus frentes y rozaron sus labios para después unirlos del todo. Un beso lento, dulce y lleno de paz, solo siendo ellos.

Lucifer  [Changlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora