Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ᴅɪᴇᴢ

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Félix no había soñado con nada. Eso era bueno, lo malo era que su jodido culo dolía como el infierno. Ja.

Quiso odiar a Changbin por ello, pero simplemente no pudo. Le había encantado, otra cosa que detestaba que le gustara de él ¿Quien lo entendía? Ni el mismo, en fin, no podía ir a la universidad así aunque de todos modos, no había forma de que los brazos fuertes al rededor de su cuerpo lo dejasen ir.

-- ¿Podrías quedarte quieto? -- medio gruñó el pálido. Félix siguió removiendose en un intento de soltarse del agarre. -- Pastelito. -- habló en advertencia.

-- Quiero ir al baño -- se quejó. -- Mis muslos están pegajosos y mi aliento es un asco, baño y cepillado. Prometo volver a la cama, por favor.

Changbin suspiró aún con los ojos cerrados cediendo el agarre, Félix se levantó sintiéndose algo incómodo. Quiso maldecir en voz alta cuando sintió raro su andar pero si se rió de si mismo.

Una vez en el baño lleno la bañera con agua caliente y varios jabones, una vez que estuvo todo listo se metió dentro, fue un alivio para sus músculos cansados. Definitivamente se sentía mejor, Changbin había despertado al rededor de él y ese era un buen motivo para ver qué se aproximaba un bonito día. No se despertó con la soledad invadiendolo y eso era genial, aunque por otro lado odiaba la dependencia que estaba creando con el pálido.

Cuando el agua se enfrió decidió que era momento de lavar su cuerpo y cabello con agua de la regadera y así lo hizo, se tomó todo su tiempo para después salir de la bañera y quitar el tapón para desagotarla.

Enredó una toalla que encontró el su cintura.

Quis ut Deus?

El rubio frunció el ceño ante la escritura en el espejo ¿Qué significaba eso? ¿Estaba en latín? Al parecer el agua caliente que había estado utilizando hizo que el espejo se empañara dando paso a realizar alguna escritura por el estilo. Demasiado extraño él para él.

Decidió salir del baño, necesitaba saber que demonios fue eso y Changbin era especialista en cosas extrañas.

-- Changbin -- lo llamó a los pies de la cama.

El mayor se destapó la cabeza algo adormilado parpadeando reiteradas veces para mirarlo. Félix de pie frente a sus pecadores ojos con el cabello y cuerpo mojado haciendo que las gotas resbalen por su bronceada piel la cual tenía moretones y chupones que él había hecho la noche anterior era la mejor vista que alguna vez había tenido en sus cientos de años. Sumado a su perfecta cintura, muslos, labios, pecas y ojos. El peli negro no pudo evitar relamer sus labios ante tanta hermosura y sensualidad, necesitaba tocarlo para saber si era real.

-- Dime. -- contestó cuando su cabeza pudo formular alguna respuesta coherente y sin ninguna perversidad.

-- ¿Tú escribiste algo sobre el espejo?

-- No me levanté en ningún momento -- dijo bostezando. -- ¿Estás seguro de que estaba escrito y no manchado o algo?

-- Alguien escribió alguna cosa en otro idioma sobre el maldito espejo empañado, Changbin. -- aseguró comenzando a ponerse nervioso.

El demonio frunció el ceño y se levantó de golpe para caminar con rapidez al baño. Félix se quedó ahí abrazándose a sí mismo mientras se mordía el labio inferior, su cuerpo temblaba ligeramente y no era por el ambiente o algo porque dentro del departamento sobraba la calidez pero había algo más que provocaba eso.

Empezó a sentir miedo cuando Changbin volvió frunciendo el ceño, estaba seguro de que el pálido iba a creer que se estaba volviendo loco. Por dios.

-- No había nada ahí ¿Cierto? -- se atrevió a preguntar, el peli negro negó. -- Menuda mierda.

-- ¿No recuerdas exactamente qué decía? -- el rubio negó.

-- No estoy loco, Changbin. Te juro por mi vida que ahí había algo escrito. -- habló desesperado, mierda, iba a entrar en una crisis nerviosa hasta que se percató de Changbin, Lucifer, Meristófeles o como quieran llamarle estaba delante de sus ojos sin nada de ropa, completamente desnudo con su preciosa piel. Parpadeó varias veces viendo la boca de Changbin moverse pero no escuchaba ruido alguno, sus ojos paseaban por las clavículas y pecho del peli negro. Se sentía orgulloso de algunas marcas que se resaltaban en la palidez del cuerpo. -- No estoy escuchando un carajo de lo que dices, lo siento.

-- Deja de mirarme así si no quieres que te folle en este mismo instante y créeme que no es el momento indicado para ti. -- la naturalidad y simpleza con la que hablo dejó confundido a Félix. -- Lo mejor será que te vistas, haré que revisen este lugar.

Félix puchereo involuntariamente, el sexo mañanero no sonaba tan mal.

-- Esto se está saliendo de tu control

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-- Esto se está saliendo de tu control.

-- Gracias Chan, que alentador -- contestó el peli negro con sarcasmo.

Félix se hizo aún más pequeño en su lugar mientras tonteaba con su móvil. El club se veía sumamente raro en la tarde sin las luces de neón y la gente que se desborde. Un anuncio apareció en su móvil "Había una vez un arcángel con alas negras ¿Quieres leer más sobre él?" ¿Qué? Iba a tocar, solo para saciar su curiosidad.

-- ¡Qué no podemos seguir así! --exclamó el peligris con molestia, el rubio bloqueó su móvil como reflejo. -- ¡Estamos varados y si no es así, caminamos a ciegas!

-- ¿Qué es esto, Chan? ¿Ahora estás cagado por las fuerzas celestiales y esa mierda? -- interrumpió Seungmin dándole la última calada a su cigarro antes de apagarlo sobre su palma y tirarlo en un bote de basura. -- Hola, Lixie.

-- Me desespera no conocer la situación -- habló más calmado. -- No tengo una maldita idea a lo que nos enfrentamos.

-- Y a mi me descoloca no tener el control o conocer la situación ya que tengo más tiempo sobre este asqueroso mundo que ustedes pero no me ves entrando en pánico, maldito idiota.

-- Porque tú eres Lucifer, el favorito de dios.

-- ¿Por qué demonios no van con Minho? -- cuestionó Seungmin. -- Él podrá darles las respuestas.

-- O tú podrías hurgar en su cabeza --siguirió Chan a Seungmin.

-- No -- declaró Changbin. -- Nadie va a meterse en su cabeza o a invadirlo de alguna forma.

-- ¿Y si yo quiero? -- preguntó el rubio levantándose de su lugar. -- Que vea lo que hay en mi mente para descubrir lo que sea que me esté pasando.

-- ¿Alguna vez pudiste invadir su mente? -- cuestionó el pelinegro más alto, el pálido negó. -- Entonces yo tampoco puedo.

-- ¿Alguna vez existió un arcángel de alas negras? -- se atrevió a preguntar el rubio.

Chan, Seungmin y Changbin lo miraron fijamente frunciendo el ceño como si hubiera dicho alguna locura.

-- Eso jamás existió, solo un "ángel" -- Changbin hizo comillas. -- Y creo que ya te das idea de quién fue ¿Por qué esa pregunta?

Félix dudó si decirles sobre el anuncio ¿Y si solo era algo insignificante de Internet? No valía la pena gastarse en eso.

-- Curiosidad -- pero esa contestación no convenció a ninguno de los presentes.

Lucifer  [Changlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora