Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ᴅᴏᴄᴇ

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Maratón 1/3

-- Deberías ir, es información valiosa. -- insistió el rubio.

-- No pienso volver a dejarte solo, puedo ir mañana o Chan puede venir. -- dijo el peli negro sin soltarlo.

-- ¿Y si te acompaño? Yo también tengo algo de curiosidad -- admitió con una dulce sonrisa que derritió al pálido. -- Solo será un momento y después podemos volver -- dejó un besito en la mandíbula de Changbin y deslizó la punta de su lengua el perfil derecho de la misma hasta el lóbulo de la oreja. -- Y cuando volvamos podemos quedarnos despiertos -- murmuró.

Bien, eso fue suficiente para Changbin, porque lo sostuvo más fuerte contra su cuerpo y sonrió para después besar su boca. Félix correspondió al instante con participación de su lengua, le encantaba la sensación de estar tan cerca del pálido. Le gustaba que Changbin lo apretara contra su cuerpo como si no quisiera distanciarse nunca en la vida y sus manos pasaran por cada centímetro de su cuerpo como si fuera algo preciado, queriendo guardar esa sensación en su cabeza.

El rubio sabía perfectamente lo que se venía, tal vez Changbin tenía una obsesión con tener el aroma de sudor a sexo en su propio cuerpo y el ajeno. A Félix le encantaba esa especie de posesividad, al parecer al otro chico le encantaba dejarle en claro que le pertenecía por medio de chupones y marcas, pero lo que más parecía complacer a Changbin era la idea de que otros pudieran verlo.

Con delicadeza y cuidado, el mayor dejó el cuerpo del rubio en la cama posicionándose sobre él. Tan rápido como sus manos se lo permitieron, el mayor se deshizo de las ropas de ambos para besar cada centímetro del cuerpo del rubio.

Changbin definitivamente se había vuelto adicto al aroma, piel, voz y todas las sensaciones que eran producidas por Lee Félix.

Changbin definitivamente se había vuelto adicto al aroma, piel, voz y todas las sensaciones que eran producidas por Lee Félix

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Después de unas horas de sexo y ya duchado, Félix acompañó a Changbin al club.

Las luces de neón le daban un toque al ambiente, de la mano de Changbin hasta le parecía divertido. Tal vez más tarde podría bailar con el peli negro, hace tiempo no disfrutaba del baile en una discoteca. Mordió su labio inferior y sonrió, junto a Changbin el lugar parecía adquirir otra vista, tenía otra perspectiva. Tan pecaminoso y tentador, llegaba verlo hasta atractivo.

El lugar estaba lleno, pero al ver al pálido de hacían a un lado dejándolos pasar. La mano de Changbin se sujetaba fuerte al rededor de la suya dándole seguridad, haciéndolo sentir importante y especial, porque Lucifer caminaba entre todas esas personas sin mirar a nadie realmente. El peli lo miraba de reojo mientras atravesaba todo el gentío hacia la zona VIP.

Llegaron al pie de una escalera la cual subieron hasta una especie de terraza. El lugar no estaba muy alto pero si lo suficiente, le daba una perfecta vista de toda la pista y hasta la barra. La música no sonaba tan fuerte por alguna extraña razón en ese lugar. Constaba de varios sillones de cuero blanco, Changbin tomó asiento en uno individual que se encontraba en el centro tirando de su mano para que se sentara sobre su regazo, Félix obedeció dócil. El brazo del mayor se abrazó posesivo a su cintura.

Sintió los finos labios del hombre sobre su cuello mientras su vista aún estaba en la masa de gente que se movía al ritmo de la música sobre la pista pero era completamente consciente de los besos y chupetones que Changbin dejaba sobre su cuello. Si no fuera porque se encontraban en un lugar público, Félix correspondería al afecto sin sentirse algo cohibido. Tenía tantas ganas de crear fricción entre su culo y la entre pierna del pálido, sentía que no obtenía suficiente aunque hace unas horas atrás lo haya tenido en su cama desnudo y justamente entre sus piernas.

Estaba a punto de ceder ante el deseo hasta que varios hombres aparecieron por la escalera que daba al piso, estos se arrodillaron frente a Lucifer. El mayor les hizo una seña con la mano, aún con el rostro pegado al cuello del rubio.

Los tipos tomaron asientos en algunos sillones restantes un poco alejados de ambos, Félix se dijo que si no fuera porque estaba entre los brazos de Changbin tal vez se hubiera cagado de miedo, los tipos eran espeluznantes. Segundos después el menor pudo ver la figura de Chan, el cabello gris brillaba bajo algunas luces de neón y su rostro se veía igual de serio, vestía de cuero negro e imitó el saludo de los demás cuando estuvo frente a ellos. Changbin abandonó su cuello para saludar a Chan en un idioma desconocido.

Félix frunció el ceño cuando no pudo entender una mierda de lo que hablaban Changbin y Chan ¿A qué jugaban? El pálido se sentía bastante tenso a medida que la conversación avanzaba, el rubio se aburrió después de unos minutos.

Su vista volvió a la pista de baile, un chico de cabello azul llamó su atención, bailaba solo con un toque sensual. Félix pudo ver a dos tipos grandes interceptarlo, el peli azul se negó queriendo alejarse pero los imbéciles lo detuvieron. El rubio sintió que debía intervenir, debía hacer algo porque por el infierno, el había pasado por algo así y no se lo deseaba a nadie.

-- Changbin -- lo llamó, pero este conversaba acaloradamente con Seungmin.

Los dos imbéciles acorralaron al chico de cabello azul para sacarlo fuera de la pista arrastrándolo a algún rincón. Félix soltó el agarre de Changbin sobre su cintura y corrió escaleras abajo ignorando al pálido llamarlo. Se abrió paso entre la gente, su corazón iba a mil y sabía que la adrenalina circulaba en su sangre.

Miró para todos lados pero no encontraba la cabellera azul. En los baños dijo una voz en su cabeza y obedeció, apresuró su camino hacia los baños escuchando un lloriqueó cuando llegó a la puerta la cual estaba cerrada. Trató de forzar el picaporte pero nada, se sentía malditamente impotente. Se hizo unos pasos para atrás impulso y patear la puerta con fuerza, ni siquiera supo de dónde mierda había salido tal fuerza cuando la puerta cedió abriéndose para tomar de golpe.

La escena que encontró solo hizo que su sangre ardiera más. El chico de cabello azul estaba contra la pared con los pantalones en los tobillos y su culo al aire. Uno de los tipos lo tocaba mientras el otro desprendía su pantalones.

-- ¡Déjenlo en paz! -- gritó llamando la atención de los tipos, el peli azul sollozó por ayuda.

-- ¿Quieres unirte a nuestra fiesta, precioso? -- el tipo que antes trataba de desprender sus pantalones ahora se acercó a Félix con la intención de tocarlo pero no pudo.

El rubio sujetó la muñeca del tipo con rapidez clavando sus uñas en él. Sintió un leve ardor debajo de sus uñas y el tipo chilló mientras lo miraba despavorido lo que llamó la atención del otro. Félix lo soltó viendo los hilos de sangre que se escurrían por la muñeca ajena y miró sus manos, unas especies de garras habían sustituido sus uñas pero después de parpadear varias veces su mano volvió a la normalidad.

-- Sus ojos -- dijo el segundo tipo por lo bajo.

Félix sonrió sintiéndose extasiado al ver el miedo en los ojos ajenos, fue como si ingresara a otro mundo lleno de miedos y pesadillas, se sentía como un maldito titiritero tirando de las cuerdas que desataban el pánico dentro de las mentes débiles.

Changbin había salido en busca de Félix apenas este abandonó el lugar sobre su regazo, se quedó atónito cuando escuchó gritos desgarradores pidiendo auxilio al llegar a la puerta que daba con el baño masculino.

Lucifer  [Changlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora