Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ᴄᴀᴛᴏʀᴄᴇ

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Maratón 3/3

-- Tengo miedo -- murmuró viendo a esos hombres, estaba seguro de que iban a ser sus verdugos.

-- Preciosas alas negro azulado, lástima que debas dejarlas aquí.

-- ¿Félix? – la voz de Changbin retumbó en sus oídos devolviéndolo a la vida. El aire entró en sus pulmones otra vez dejando atrás esa sensación de desesperación y ahogo.

-- Chang -- murmuró con la voz rota y los ojos llorosos en medio de la oscuridad.

Sintió los brazos de Changbin rodear su anatomía y acunarlo en su pecho mientras rompía a llorar, se sentía tan vulnerable. Ahí estaban otra vez esos sentimientos de mierda, se sentía tan miserable.

-- Aquí estoy, pastelito -- murmuró acariciando el cabello rubio. -- Yo tenía razón desde el primer momento en que te vi – dijo Changbin contra su cabeza. -- No eres de este mundo y eso ha sido comprobado por tí mismo, lastimosamente se sabe muy poco de alguien tan extraordinario como tú.

-- ¿Qué me está pasando, Changbin? -- preguntó abrazándose por el cuello del mayor.

-- Según el ángel caído, dios te creo por un propósito y pasaste por el cielo, cariño -- el peli negro lo alejó levemente de su cuerpo para ahuecar el rostro del chico en sus manos. -- Pero no tiene sentido ¿Sabes por qué? -- Félix negó queriendo retener las lágrimas. -- Estás desarrollando habilidades demoníacas – entonces el rubio no pudo callar el sollozo que pareció romper su garganta. -- No llores, pastelito. No es nada malo, solo confirma que estás hecho para mí y no dudaré un segundo en convertirte en mi rey infernal.

-- ¿Me llevarías contigo? -- su voz salió aguda, dolida.

-- A donde fuera, cuando tú quieras.

-- ¿Por qué no puedo ser como los demás chicos? ¿Por qué no pude conocerte en la universidad o algún club como los chicos normales? Sería genial que seamos normales por unos minutos -- medio murmuró cerrando los ojos disfrutando de las caricias de Changbin en sus mejillas.

-- No, sinceramente creo que ser una criatura desconocida tiene su encanto -- bromeo y Félix río por lo bajo. --Definitivamente te ves muy caliente con los ojos rojos, ahora se que no debo hacerte enojar.

Félix abrió los ojos en la oscuridad sintiendo la respiración de Changbin sobre su boca. El mayor no dudo un segundo en unir sus bocas, sus labios encajaban como dos piezas de rompecabezas. El beso fue lento, lleno de consuelo y deseo. El rubio gimió contra la boca ajena cuando el pálido mordió su labio inferior y lo delineó con la lengua haciendo que ambas se encuentren dandole intensidad al beso. Sus bocas calientes devorando a la otra con fervor.

Changbin dejó que el rubio se deshiciera de sus prendas superiores y se acomodara sobre su regazo, se sentía tan bien tenerlo entre sus brazos después de una noche tan estresante. Podría dejar a los temas divinos y los misterios para más tarde, ahora quería disfrutar del calor y cuerpo de su chico. Necesitaba escuchar los jadeos de Félix y sus gemidos, necesitaba estar dentro de él hasta perderse en si mismo. Por dios, que lo necesitaba.

Félix estaba dejandose ir, obedeciendo a esa voz en el fondo de su cabeza que le decía que esto era lo que necesitaba. Porque en verdad lo hacía, tenía la necesidad de que Lucifer lo haga ver las estrellas mediante un intenso orgasmo o varios, tenía la necesidad de llegar al éxtasis que solo Changbin podría brindarle. Entregarse al pecado, la lujuria y el calor intenso creciendo en su bajo vientre.

Las manos del menor recorrieron la piel de los hombros, pecho, brazos y espalda del peli negro mientras este dejaba besos y mordidas juguetonas por su mandíbula hasta su cuello. Félix comenzó con un movimiento lento pero placentero contra la pelvis del chico mientras se deshacía de la parte superior de su pijama. Changbin besó su cuello y hombros mientras acariciaba su espalda, las respiraciones de ambos era irregular y ambos necesitaban más.

Changbin cambio las posiciones recostando a Félix sobre la cama posicionándose entre sus piernas bajando el camino de besos hasta su pecho. Las manos del pálido estaban sobre la cintura del pantalón pijama bajándolo por los musculosos muslos a través de las piernas deshaciéndose de él. Acarició la piel expuesta volviendo a besar el pecho además de estimular los pezones con su boca y lengua, Félix jadeó levantó su cintura rozando su erección con la del otro chico mientras este acariciaba uno de sus puntos sensibles. Changbin lo complació moviendo su cadera aún más cerca frotándose sobre la ropa dejando escapar un gemido de sus labios, esto empezaba a desesperar al más joven.

-- Por favor – rogó Félix. – Belcebú –medio gruñó tirando de su cabello.

El nombrado se deshizo del boxer del rubio y de su propia ropa, Félix gimió alguna incoherencia mientras miraba a Changbin encender la lámpara sobre la mesita de luz y abrir el cajón de esta en busca del lubricante. Una vez que encontró el pote untó generosamente el producto sobre sus dedos volviendo a la cama, entre sus piernas exactamente.

Changbin se arrodilló entre sus piernas frotando sus alargados dedos en la necesitada entrada mientras lamía la punta del pene del menor, Félix suspiró y gimió bajito, su novio lo hacía sentir tan bien. Lucifer metió la cabeza del miembro a su boca mientras succionaba y penetraba al rubio quién no pudo callar sus quejas de placer, era demasiado para él. Félix sabía que no iba a durar mucho con el pálido chupando su miembro mientras penetraba su culo con dos dedos dilatandolo para su polla, él solo pensamiento de tenerlo encima jodiendo su culo una y otra vez hizo que se excitara aún más. Lo empujó al abismo directamente y el cayó, se dejó ir en un demoledor orgasmo.

El mayor tragó hasta la última gota del semen del chico, se relamió los labios y le sonrió coqueto. Félix lo imitó mordiéndose el labio inferior, aún se sentía caliente y necesitado, aún necesitaba más.

Una vez que estuvo lo suficientemente dilatado, lo suficiente para solo sentir molestia al inicio. Changbin alineó su miembro y se hundió despacio, con cuidado apreciando la mueca desfigurada del placer que emitió el otro chico. Ambos gimieron al unísono, sentía condenadamente bien estar unido al otro, ambos cuerpos eran uno. Las piernas del rubio rodearon la cintura del chico sobre él y este empezó a penetrarlo de manera lenta y profunda, encendiendo cada nervio de su cuerpo haciéndolo sentir lleno y fuera de si. Su cuerpo entero estaba sensible por el orgasmo reciente, no pudo callarse cuando el pene de su amante golpeó su próstata, una y otra, y otra, y otra vez. Changbin gimió en su oido aumentando el ritmo de sus embestidas, sintiéndose un poseso mientras lo penetraba profundamente con rapidez.

Cómo un animal.

Félix sintió sus piernas débiles, se aferró a la espalda de su amante y se sintió al borde otra vez. Su miembro recibiendo la fricción del abdomen ajeno mientras su culo era jodido con brutalidad. Changbin lo besó duramente mientras mantenía el ritmo, el rubio mordió su labio inferior mientras se venía y gimiendo contra la boca ajena. Changbin no duró más tiempo, llegó al orgasmo dentro del chico.

Aún con las respiraciones alteradas, sus cuerpos sudados y sus músculos cansados ambos se abrazaron para besarse con ternura.

Puede que tal vez, el cielo y el infierno no sean tan diferentes. Puede que uno sea peor que el otro pero no como los mundanos piensan.

Lucifer  [Changlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora