Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ᴏɴᴄᴇ

9.1K 1.3K 571
                                    

-- No puedo creer que exista un arcángel con alas negras -- dijo el chico delante de él. Uno de los dos que lo guiaba a Dios sabe dónde.

-- Todo tiene una razón, Xinlong. Padre hace las cosas por algo.

Félix despertó de golpe sintiendo una presión sobre su pecho. Las lágrimas se empezaron a acumular en sus ojos. Sentía sus manos sudar, tanteo a su lado y no había nadie. Se permitió llorar, su garganta ardió.

Y ahí estaba otra vez su sentimiento de abandono ¿ Para que mierda seguía con vida? Observó las viejas y opacas paredes de su habitación llorando aún más fuerte. Si, había vuelto a su casa porque lo que pasó en el departamento de Changbin lo habia dejado intranquilo además de que el pálido no quería dejarlo ahí solo pero ¿Cuál era la diferencia? Lo había dejado solo en su casa, era hasta peor.

¿Sus padres? Ni siquiera notaron su ausencia, dejaron una nota avisando que se irían a la casa de su abuela. Félix detestaba a esa vieja metida, estaba todo el tiempo siendo cruel y criticando al resto de las personas como si ella fuera perfecta. El rubio recordaba todos los comentarios hirientes y las humillaciones, para nada quería ver el rostro de esa señora hipócrita.

Se sentó sobre su cama aún llorando. Abrazó sus rodillas escondiendo su cara en sus brazos ¿Por qué tenía que volver a sentirse así? No quería, había estado estable mientras Changbin estuvo a su lado ¿Por qué se permitió a sí mismo volverse tan dependiente? Ahora volvía a sentirse vacío, ignorante, estúpido, innecesario, solo existía para malgastar oxígeno y consumir alguna comida. Se sentía tan impotente e insignificante, tan cansado y no faltará alguien que le preguntase ¿Cansado de qué? De existir, porque ese sentimiento de ser un cuerpo vacío volvió a aparecer ¿Qué otra cosa podría ser? Se rió de si mismo, tan cobarde que no había acabado con su vida mucho antes ¿Qué tenía? Jeongin podría apoyarse en Hyunjin, el castaño tenía fuerza, intelecto y amor para darle a su amigo. Puede que sea algo idiota y prejuicioso pero siempre cuidó del castaño ceniza además de hacerlo feliz ¿Podía pedir a alguien mejor?

Después estaba Seungmin, su vecino y amigo. El rubio estaba seguro de que su mayor tenía una vida además del apoyo de Jisung, no lo lloraría ¿Los demonios lloran?

Por último estaba Changbin, Lucifer, Satanás ¿A caso importaba realmente el nombre que usara? Estaba seguro de que el pálido no le tendría paciencia eternamente, no estaría para él en todo momento porque todo tiene su final ¿No? Seguro encontraría a alguien más bonito y atrevido, o tal vez descubriría lo que era realmente y se aburriría de su persona. Cualquiera de las cosas que sucedieran primero no iba a soportarla ¿Qué decía? El debía hacerlo porque tampoco tenía el valor para terminar con su vida, así que tendría que aprender a sobre llevarlo. Tal vez podría encontrar a una bonita y adorable chica con quién vivir cuando esta estaba de su vida terminase ya graduado.

Se sentía ridículo.

Levantó la cabeza cuando escuchó un ruido, volteó a ver directamente a la puerta de su habitación. Changbin estaba ahí con una especie de traje bordó, el pálido le sonrió hasta que se percató de sus ojos llorosos e hinchados.

-- ¿Qué te pasó, pastelito? -- preguntó acercándose a la cama con el rostro denotando preocupación.

-- Nada.

-- Félix -- gruñó en advertencia sentándose junto a él, estiró una mano para acariciar su rostro pero el calor abrazador se sintió en la punta de sus dedos. -- ¿Por qué no quieres que te toque?

-- ¿Eso importa?

-- A mi me importa, anda, por favor. Quiero acariciar tus preciosas mejillas pero si lo hago me dolerá mucho.

-- A mi también me duele -- murmuró volteando a ver la otra punta de su habitación. -- Deberías volver por donde viniste, no me siento bien.

-- No voy a irme ¿Me escuchas? No voy a dejarte solo, no me gusta dejarte solo. – dijo mirando sus dedos. – Siento que si estoy lejos de ti durante mucho tiempo, vas a desaparecer o esfumarte, no quiero que lo hagas.

Félix no respondió, abrazó sus piernas con más fuerza, tenía ganas de volver a llorar. Ahí estaban sus sentimientos de mierda.

-- No tiene caso que te quedes -- añadió con la voz ahogada. -- No voy a hablarte.

-- Entonces me quedaré y estaremos en silencio hasta que tengas ganas de hablarme -- el peli negro se recostó a los pies de la cama quedando frente a Félix. -- Hoy fue un día largo, hay presencia de "magia" en mi casa – el pálido hizo comillas. -- Algo escribió eso en el espejo, tenías razón. -- Félix no contesto. -- Chan consiguió un ángel caído que puede proporcionar información, lo está interrogando justo ahora.

El cuerpo del rubio tembló, prefería que ese secreto desconocido siga siendo eso, desconocido.

-- ¿Félix?

-- ¿Por qué sigues aquí? Deberías irte, Changbin ¿No lo entiendes? Una vez que sepas lo que realmente soy ya no voy a encender esa llama en ti, la atracción y curiosidad ya no estarán –dijo mirándolo.

-- ¿Qué? claro que no, una vez que sepamos lo que eres voy a saber mejor como y de que protegerte. Vas a vivir conmigo, estudiarás y harás lo que quieres de tu vida. -- hablo firme y convencido.

Félix río, una risa amarga brotó desde el fondo de su garganta. –- Mis propios padres me abandonan, las personas que deberían criarme y ser mi ejemplo de vida ¿Qué te hace diferente a ellos o a cualquier persona que pasó por mi vida?

Changbin se levantó sentándose también con el rostro impotente, estaba lleno de ira y quería explotar pero simplemente no lo hizo. Se notaba lo fuerte que estaba apretando su mandíbula y sus ojos se pusieron lorosos.

-- ¿Crees que siendo Lucifer estaría contigo teniendo a millones de personas a mi disposición? Sátiras, demonias y las mujeres que puedas imaginarte a mi disposición y lo mismo con los hombres ¿Crees que alguno de ellos me importa? He visto de todo durante siglos y hecho de todo ¿Crees que no me aburro de las cosas con facilidad? Porque lo hago, pero todo tu es tan... -- su voz se apagó, buscaba las palabras adecuadas pero simplemente no las encontraba. –- Mierda, quiero cuidarte y tocarte todo el tiempo ¿Qué es eso según tu? Adoro que tu aroma esté en -- mi ropa, adoro la forma en que te quedan esos polerones dos tallas más grande, amo la forma en que sonríes y tú voz, es mejor que la balada de cualquier ángel. Tu belleza es suprema, celestial e inigualable. Félix, eres alguien fuera de este mundo. Me gustaría que puedas mirarte a través de mis ojos, tu cabeza no tiene lógica o reglas, tus comportamientos no son sistemáticos y todo tú es..-- movio la boca más nada salió de ahí.

Félix estaba comprobando que los demonios lloraban, las lágrimas de Changbin se deslizaban por sus pálidas mejillas.

-- Eso es...

-- No me interesan los secretos del resto de las personas, mucho menos sus miserables vidas pero si es por ti hasta vivo como un mundano, ya sabes, estudiar y tener un título además de una absurda casa con patio y una ridícula mascota, también si quieres por ti podría adoptar a un mocoso y hacer esa mierda de los hijos. -- el rubio quiso reírse Ante tales ocurrencias. -– Simplemente no puedo sacarte de mi mente, tal vez suene desquiciado, pero sacas mi lado más sanguinario y cruel, no quiero que haya enfermos caminando por el mismo suelo por el que lo haces tú. Quiero limpiar este mundo de mierda por el simple hecho de que tu habitas en él.

-- No vuelvas a dejarme solo por la noche, por favor -- pidió en un hilo de voz.

--¿Qué haré contigo, pastelito? –el pálido abrió sus brazos, Félix se refugió en él. –- Ahora que lo pienso, serías un hermoso príncipe del inframundo, perfecto diría yo -- comentó acariciando las hebras rubias. -- Príncipe de las almas perdidas, mí príncipe infernal.

-- Sería un honor, mi rey inferal.

Changbin sonrió, Félix lo imitó. El rubio limpio las lágrimas de las mejillas del pálido, se acercó a su rostro ansiando un beso pero fueron interrumpidos por un móvil. El peli negro lo rebuscó en su sacó.

-- ¿Qué? -- contestó de mala gana.

-- Tenemos información, tu protegido tenía razón. Tú no fuiste el único con alas oscuras – informó Chan.

Lucifer  [Changlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora