Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ᴅɪᴇᴄɪᴏᴄʜᴏ

7.2K 1.1K 631
                                    

Estuvieron caminando en la nieve al rededor de dos horas, el brujo se había ocultado muy bien entre las montañas. Un brujo tan solicitado debía estar escondido, era la forma en que lograba tener paz.

-- Lo único que veo es nieve y montaña, ya me estoy cansando -- se quejó por quinta vez Chan.

-- ¿Crees que me importa? -- se burló Changbin liderando al grupo de la mano de Félix aunque a decir verdad, era el rubio quién lo lideraba a él.

-- ¿Podrían callarse? -- preguntó el rubio en voz alta sin rastro alguno de diversión.

Félix tenía una sensación extraña sobre su cuerpo. Sentía una especie de hilo atado a su cuerpo ser tirado en la dirección a la cual caminaba, hilo del destino dijo una voz en su mente. Escuchó a sus amigos emitir unos sonidos de exclamación, a excepción de Jisung, los demás sentían una clase de energía no muy lejos de ellos.

-- ¡Félix! -- exclamó el pálido cuando esté soltó su mano comenzando a correr. -- ¡Por la mierda, Lee Félix! -- volvió a gritar cuando no le quedó otra que correr detrás de él.

Los demás les siguieron el paso, lo malo era que estaban corriendo en dirección a una montaña no muy alta pero tenía la suficiente nieve como para cansarlos al dar un par de pasos. Los cinco pararon en seco cuando la nieve se hizo firme debajo de los pies de Félix y al mismo tiempo este parecía no ser afectado por el cansancio o factor alguno. Reanudaron su paso cuando vieron a Félix desaparecer detrás de la nieve. A diferencia del rubio ellos no pudieron correr ya que la nieve tenía varios centímetros y sus pies se veían medio cubiertos por los que les costó mucho más, pero después de todo lo lograron.

Félix estaba de pie ahí, a unos metros más abajo.

-- ¿Qué se supone que está mirando? -- preguntó Jeongin jadeante.

-- Mortales -- bufó Chan.

El peli castaño frunció el ceño y a medida que vieron bajando de la montaña, pudo apreciar a unos metros una enorme casa contra otra montaña más antes por lo que parecía incrustada.

-- ¿Félix? -- Changbin tomó su mano, estaba cálida lo que no tenía sentido ya que estaba expuesto al frío.

-- ¿Y ahora qué? -- preguntó Chan.

-- Hay que golpear, no creo que Minho no reciba a Changbin -- habló Seungmin pasando por delante de ellos. -- Después de todo eres su soberano. -- argumentó el demonio caminando los metros que faltaban.

-- Los brujos tienen sangre demoníaca o angelical -- explicó Jisung a Jeongin.

Seungmin golpeó la puerta y esta se abrió al tercer golpe, los seis se miraron entre ellos. Félix tomó la iniciativa pasando primero seguido de Changbin, Seungmin, Chan, Jeongin y por último Jisung cerrando este la puerta detrás de él.

Se encontraron con una espaciosa sala con un estilo variado, nada combinaba con nada. Pinturas valiosas, objetos viejos y sillones nuevos, el lugar además era cálido y contaba con una enorme chimenea. Todos se sobresaltaron por el ronroneo de un gato negro a excepción de Changbin.

El rubio se acercó al gato y miró sus ojos, un verde amarillento brillante. Acarició detrás de sus orejas logrando que el animal se frote contra su pierna ansiando más caricias y este lo complació.

-- Por el infierno -- Jisung se adentró al lugar tirándose en el sillón. --¿Vinimos hasta aquí por un miserable gato?

Nadie respondió, Chan y Changbin se pusieron a registrar la casa mientras que Chan cuchicheaba sobre algo con Jeongin. El demonio peli rojo lo suficientemente aburrido se levantó del sillón, su atención fue llamada por un cuadro sobre el hogar. Un hombre se alzaba con un traje de seda, su mirada gatuna y piel demasiado pálida le daba un toque misterioso. Pero le restó importancia, supuso que era el brujo.

Lucifer  [Changlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora