Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ ᴅɪᴇᴄɪsᴇ́ɪs

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-- ¿Qué más puedes hacer, Lucifer?

Ambos estaban en la cama, desnudos, Changbin reía mientras acariciaba la espalda del menor y este estaba boca abajo mirándolo con el cabello rubio alborotado dejando ver las raíces castañas.

-- Muchas cosas -- dijo Changbin con galantería a acercándose al menor. Las intenciones del pálido eran besar y acariciar al chico pero se vieron interrumpidas.

Sonó el timbre del departamento del mayor. Ambos se miraron asombrados levantándose de la cama para vestirse con rapidez, Changbin fue quien abandonó la habitación para atravesar su casa hasta la puerta principal. No sentía energía demoníaca ni angelical, de hecho no reconocía la energía que se manifestaba detrás de la puerta.

-- ¿Chang? -- Félix ahora estaba detrás del pálido a unos metros.

Changbin respiró hondo y abrió la puerta encontrándose con alguien inesperado, el mejor amigo de Félix estaba ahí con los ojos completamente hinchados y ojerosos, Jeongin no lucía nada bien. El pálido se hizo a un lado dejándolo pasar y este se adentró al lugar buscando al rubio con la mirada.

Cuando los ojos de Jeongin dieron con los de Félix ambos corrieron a los brazos del otro. Fue como si sus almas se abrazaran consolando al otro. Era como si sintieran el dolor del otro, en confianza Jeongin se dejó sollozar contra el hombro de su amigo.

El pálido hizo una mueca que Félix captó y no le dio exactamente confianza o consuelo para ser sinceros.

-- Él no está -- dijo Jeongin en un hilo de voz. -- Hyunjin se fue, Félix.

El rubio frunció el ceño separándose del cuerpo tembloroso que era su amigo para mirarlo a la cara, lo que decía el peli castaño no podía ser cierto. Hyunjin lo adoraba y había estado detrás de él desde el secundario, no tenía sentido en lo absoluto nada.

-- Seguro se cansó de mi mierda, de todos los secretos y pasado que cargo conmigo -- sollozó más fuerte, el corazón del rubio se partió y quiso llorar también pero no podía mostrarse afectado cuando Jeongin necesitaba un pilar que lo sostuviera y no cargar con alguien más.

-- Esto no es coherente Jeongin ¿Estas escuchando lo que dices? ¿Hablamos del Hyunjin que te cantaba canciones a las afueras de tu casa adoptiva, te dejaba notitas en tus libros y se sonrojaba cuando le dirigías la palabra? Porque si mal no recuerdo, hablas del mismo Hyunjin que lloro de emoción cuando le pediste que sea tu novio, el mismo que te cuidó del bajo mundo en el que estuviste necesidad y el mismo que te ayudo a salir de ahí -- el peli castaño asintió lentamente volviendo a abrazar el cuerpo de su amigo por para seguir llorando con más fuerza.

-- Voy a preparar algo de té y llamaré a los chicos, no creo que Hwang se haya ido por voluntad propia -- dijo el peli negro antes de perderse en dirección a la cocina. Ningunos de los dos le dió relevancia a sus palabras.

Los dos estaban demasiado enfrascados en el sufrimiento del otro, porque que Félix no llorara no significaba que no estuviera pasando por una especie de tortura interior.

-- Por favor -- el rubio sobó la espalda ajena. -- Estoy seguro de que Hyunjin no te dejó, esto debe tener alguna otra explicación.

Jeongin negó volviendo a separarse de su amigo un poco más calmado limpiándose las lágrimas. -- ¿Recuerdas que te conté sobre el club donde trabaje? -- el peli castaño no esperó respuesta y siguió. -- Ese infeliz que me atacó la otra vez era el hermano del dueño y yo... -- su voz se quebró. Félix acarició su hombro y negó, no necesitaba que siguiera. -- Hice muchas cosas malas Lix, muchísimas y este es mi castigo -- el rubio negó ahuecando sus manos en las mejillas del peli castaño.

Lucifer  [Changlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora