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— He venido por Katsuki — sin antes preguntar, el bicolor entró a la habitación de Izuku, encontrándose a Katsuki aún durmiendo.

— Shouto? — El pecoso lo miró extrañado — Qué haces aquí?

— Ya lo he dicho, he venido por Katsuki, me mandó mensaje diciendo que estaría aquí, aunque no pensé que contigo — tomó con facilidad al rubio entre sus brazos, agradeciendo que este tuviera el sueño pesado — Como sea, fue bueno verte después de tanto tiempo.

— Espera! — Shouto paró ante el llamado — Yo lo llevaré, necesito hablar con él — ignorando que sus heridas se encontraban en mal estado, se paró con dificultad.

— No será bueno para ti, necesitas descansar, además hay demasiados reporteros afuera, no le conviene a tu imagen que te vean con un quirkless.

— No me importa si los noticieros nos ven.

— Siempre fuiste honesto Midoriya, sin embargo esto va más allá de tu decisión, Katsuki no te quiere cerca, así que déjalo en paz si no quieres tener problemas conmigo e Inasa.

— Sabes que nunca lastimaria a alguien, mucho menos a Katsuki.

— Me parece que ya lo has hecho — sin esperar respuesta del pecoso salió de la habitación.

Parecía que Katsuki tenía al menos alguien que se preocupa por el, Izuku se alegró al saber que en su ausencia él había conseguido más amigos.

Ahora tenía que esperar a que sus heridas sanaran, le tomaría días para volver a tener la fuerza para levantarse sin problemas, mientras pensaría en que decirle a Katsuki para mejorar sus relación, o al menos no empeorarla.

— Parece ser que fuiste tu quien se llevó la mayor parte — Kirishima se acercó a la camilla del pecoso al día siguiente — A mi ya me dieron de alta.

— Que suerte! Yo tardaré algunos días más, así que podrías hacer algo por mi?

Aún no podía creer que se pondría nervioso con tan solo la idea de enfrentar al rubio, si bien no lo conocía demasiado, a palabra del peliverde sabía que Katsuki era alguien de mal carácter y agresivo.

No debió aceptar ser su mensajero.

Según Izuku, a esa hora el rubio ya debería estar en su departamento, sin embargo no salía a pesar de que ya había tocado al menos cinco veces.

No quería recurrir a las desesperadas medidas de Izuku y rastrear al rubio mediante su teléfono móvil.

Tocó una vez más con la vaga esperanza de que le abriera la puerta.

— Ya he dicho que no quiero galletas! — se escuchó la voz del rubio acercarse a la puerta — A menos que traigan de arándanos!

Katsuki se sorprendió al ver al pelirrojo del otro lado de la puerta y no a las pequeñas niñas con carritos llenos de galletas.

— Y tú que coño haces aquí?

— Sólo vengo a dejarte ésto — respondió lo más varonil que pudo — Es de parte de Izuku, él está en el hospital así que no pudo dártelo personalmente.

El pelirrojo estiró su mano mostrando un sobre blanco.

— No lo quiero, puedes decirle a Deku que se vaya a la mierda junto a sus cartas — trató de cerrar la puerta pero el pie endurecido del de dentadura afilada se interpuso.

— Por favor acéptalo! Sabes que Izuku suele ser muy insistente muchas veces, no va a permitir que lo rechaces — se atrevió a pasar su mano por el espacio que aún quedaba y dejó el sobre en la mesa de entrada — Sé que Izuku te lastimó alguna vez, pero sé también que el se arrepiente de eso y quiere cambiarlo, por favor, como su amigo te pido que le des una oportunidad.

【Detras de escena】ᴅᴋʙᴋDonde viven las historias. Descúbrelo ahora