Refugio

2.1K 343 76
                                    

A primera instancia Izuku no pudo hacer más que dar algunos paso atrás, alejando sus manos del cuello del contrario.

— No seas cobarde, hazlo — la rojiza mirada se encontraba perdida y el temblor en las manos del rubio se hacía más notorio con cada segundo que pasaba — No puede ser difícil para alguien como tú, no habrá quien reclame, no habrá a quién le importe lo que le pasa a alguien como yo.

— Katsuki, escúchame — titubeó en sus pasos, pero volvió a recortar distancia con el más bajo — Qué pasa? Podrías decirme que sucede?

— Monoma ya te lo ha dicho, no? Ese bastado te contó todo — desvío la mirada buscando algo sólido de lo cual apoyarse. Sus piernas empezaban a titubear y la sudoración en sus manos empezaba a acumularse.

Quería separar el agarre que Izuku tenía en su brazo, sin embargo su vista empezaba a fallar de igual manera, el pecho se oprimía y le faltaba aire, tan pronto como quiso hablar su cuerpo cedió ante la presión y terminó devolviendo el contenido de su estómago.

— Enfermera! — Izuku gritó en cuanto el rubio calló de rodillas con fuerza y su respiración parecía fallar.

En cuanto levantó su cuerpo del piso entró un doctor a la habitación, no tuvo que dar explicaciones para que el hombre se acercara a Katsuki.

Segundos pasaron en los que el fue y regresó con algunos frascos en sus manos.

— Cuál es su nombre?

— Katsuki Bakugou — Izuku dejó al ojicarmin sobre la camilla dejando que este se sentara y tomará posición de descanso.

— Mírame Katsuki — el doctor se puso frente — Está es la primera ves que pasa? — trataba de enfocarse en la mirada del rubio, la cual paseaba con rapidez entre diferentes puntos de la habitación — Katsuki, es la primera vez que pasa?

— No — dejó salir con una voz alterada y seca.

— Estás medicado? — el hombre esperó a su respuesta, después de que Katsuki a sintiera con la cabeza, el hombre mostró los frascos que antes había traído — Reconoces alguno de estos? Alguno es tu medicación?

— No — una vez más su voz sonaba con menos aire.

— Necesitamos desviar su punto de enfoque — le dijo a Izuku evitando darle la espalda a Katsuki — Necesito que hables con el, es tu conocido, no es así? Cuenta alguna anécdota o recuerdo.

— Kacchan — Izuku se arrodilló frente al mencionado, tratando de buscar entre sus memorias algún buen momento — Recuerdas aquel día en que nos escapamos de casa? Tu madre nos regaño como nunca — rió — Ese día te prometí que siempre estaría para apoyarte Katsuki, junto los dulces y juguetes de dinosaurios, lo recuerdas? Yo era el tiranosaurio y tú el espinosaurio, siempre ganabas.

— Muy bien Katsuki, lo estás haciendo bien — el doctor había tomado el brazo del rubio durante la distracción del peliverde — Sigue hablando Izuku.

Mientras el pecoso seguía relatando gratos momentos, la punta de la cánula se introducía con lentitud en la vena de Katsuki, tratar de reducir el dolor al máximo era el punto principal del médico.

— Bien, trata de respirar — dijo al limpiar las gotas de sangre que lograban escapar.

Al pasar pocos minutos el cuerpo de Katsuki cayó con ligereza sobre la camilla.

— El efecto del sedante tardará un par de horas en pasar, por ahora llevaremos a Katsuki a la primera planta — su mano fue detenida cuando trató de quitar los seguros de la camilla — Sabes que este piso es solo para héroes, no atendemos a civiles aquí.

— No querrá tener una mala crítica, cierto — se sentía mal en amenazar así al hombres, no era de aquellos héroes que sacaban ventaja de su pose, pero ahora no tenía muchas opciones — No es necesario que ocupe otra habitación, yo me quedaré aquí junto a Katsuki.

— Llamé en caso de cualquier inconveniente — el contrario dio una última mirada al rubio y salió de la habitación.

Por su parte, Izuku acomodó bien el cuerpo de Katsuki, con la almohada en su cabeza y la frazada hasta sus hombros.

— Qué fue lo que pasó — se preguntó a sí mismo mientras jugaba con los rubios mechones — Monoma no te suelta, no en cierto?

Siguió admirando a su amigo de infancia por más tiempo, osó en tocar la pálida dermis y jugar con las manos del inconsciente.

Ahora tenía que pensar en qué hacer, no podía ir por allí y allá actuando como si nada pasara, ya se sentía demasiado frustrado estando en cuidados, Eijirou no había podido encontrar más pruebas acerca del caso del club y ahora Monoma amenazaba a una de las personas más importantes en su vida.

Por suerte esa era la última noche que tendría que pasar en el hospital, así que tendría más oportunidades de poner un ojo encima de Katsuki.

Esa noche durmió a un lado del rubio, al parecer los sedantes impactaron en el cuerpo de Katsuki mucho más de lo que se esperaba.

Aún somnoliento, Katsuki fue llevado al departamento de Izuku a horas de la madrugada.

— Maldita sea — Aún con un fuerte dolor de cabeza, Katsuki se levantó de la cama sin percatarse de que estaba en un lugar desconocido — Hah?

Fue hasta que intentó buscar sus zapatos cuando se dio cuenta de que esa no era su piso, ni su cuarto ni su departamento.

El pulso se le aceleró en tan solo pensar en que Monoma lo había secuestrado de nuevo.

— Kacchan — se topó de frente con el pecoso en cuanto quiso salir de la habitación — Antes de que golpees, déjame explicarte el porqué estás aquí.

— Sé que no quieres ayuda, pero la necesitas — dijo después de detallar la tarde anterior — Apoyarse en los demás no es sinónimo de debilidad Katsuki, y no estoy haciendo esto por lástima.

— Te pagaré el dinero que enviaste, solo necesito un poco de tiempo — en ningún momento miró al peliverde — Puedo arreglarme las solo, no te metas.

— Siempre supiste que estaba enamorado de ti, no es así?

— Eso no importa ahora.

— Y si te digo que no ha cambiado ese hecho, me conoces lo suficiente como para saber que no me quedaré de brazos cruzados, no si se trata de ti.

— No le digas nada a los viejos, no quiero que les de un infarto — Katsuki por fin miró a Izuku, tenía razón, lo conocía lo suficientemente bien y estaba convencido que ahora tendría que lidiar con la constante presencia del pecoso.

De cierta forma así lo quería, más que buscar una manera de destruirse a sí mismo, fue al hospital con el pensamiento de buscar a aquel que podía verlo llorar.

— Si estás dispuesto a recibir mi ayuda, necesito que me digas todo, desde el principio.

— No hay mucho que decir.

— Por poco que sea necesito saberlo.

—————————————

Perdón por la demora :( espero que estén bien, cuídense muchos uwu.

【Detras de escena】ᴅᴋʙᴋDonde viven las historias. Descúbrelo ahora