¿Una linda espera?

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Entramos a la clínica de la mano, sabia que el moreno estaba nervioso, así que me dediqué a acariciar el dorso de su mano, para tranquilizarlo, después de mi cumpleaños habíamos hablado mucho del tema y solo cuando lo vi completamente seguro, decidimos embarcarnos en la aventura de ser padres.

Vimos varias opciones, la adopción fue una de ella, sin embargo, decidimos la inseminación artificial, cuando llegamos a la recepción, di nuestros nombres a la secretaria y nos sentamos en la sala de espera.

Gulf miraba a las mujeres embarazadas con una sonrisa muy tierna en su rostro, siempre me había comentado, que encontraba que las mujeres más hermosas eran las que estaban embarazadas, de pronto sus ojos se encontraron con una pareja que nos observaba desde un rincón, al ver su mirada de desaprobación y rechazo soltó mi mano y se acomodo mejor en la silla, bajando su cabeza.

La sociedad había evolucionado mucho en los últimos años, no obstante, aún quedaba gente, con mentalidad corta y discriminadora, con desaprobación los miré, en ningún momento bajé la mirada, yo no me sentía disminuido por ellos, ni mucho menos avergonzado del hombre que se encontraba a mi lado.

Enarcando una de mis cejas, pase mi brazo por la cintura de Gulf, el cual se puso rígido y trató de alejarse, más no se lo permití, cuando el doctor nos llamó, me puse de pie y sin soltar la cintura del menor, le hablé al hombre que había hecho sentir mal a mi moreno.

-Deberías tener más respeto por tu mujer, dije con una irónica sonrisa -Sé que mi marido es guapo y muy tentador, pero comértelo con los ojos delante de tu mujer, es una falta de respeto.

-Mew, dijo Gulf con la boca abierta.

-Lo siento amor, es sólo que el hombre no dejaba de mirarte, dije fingiendo inocencia, mientras caminaba por el pasillo, disfruté de la cara de asombro, vergüenza e ira del hombre, antes de entrar al consultorio, le susurré a mi moreno al oído -Nunca vuelvas a soltar mi mano, o alejarte de mí, por idiotas como ese.

El sólo asintió y se sentó frente al doctor, que con una sonrisa nos miraba -Bueno señores Jongcheveevat, es un placer tenerlos por acá, ¿díganme exactamente en qué puedo ayudarlos?

-Queremos ser padres, dije con una sonrisa -Hemos visto la posibilidad de un vientre de alquiler.

-Es una muy buena idea, dijo el doctor anotando unas cosas - ¿Pero para ello, no es necesario venir a una clínica de fertilidad?

-Queremos hacer una inseminación artificial, dijo Gulf mordiendo su labio -Ninguno tiene intención, de hacerlo de la forma tradicional con la chica.

-No quise incomodarlos, dijo el doctor un poco apenado -Es sólo que es menos complicado y más económico.

-El dinero no es un problema para nosotros, dije con una sonrisa -Dormir con una mujer, si lo es.

-Bueno, han venido al lugar correcto entonces, dijo el médico - ¿Cuál de los dos, será el dador de espermios?

-Ambos, dije apretando la mano de Gulf.

- ¿Quieren dos vientres de alquiler?, dijo este enarcando una ceja.

-Hemos investigado un poco y durante el momento de la inseminación, se insertan en la mujer más de una muestra, para asegurar el embarazo ¿verdad?, dijo mirando al doctor, cuando este asintió continuo -Queremos que se inserten ambos espermios, la verdad es que no nos interesa saber, quien es el que logró embarazar a la chica, ya que sin lugar a dudas el bebé, será nuestro hijo.

El amor todo lo curaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora