El tercero en discordia

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Después de que habíamos hecho el amor con Gulf, mis manos no podían separarse de su cuerpo, era como si mi cuerpo ya no me perteneciera, cada vez que estaba cerca de mí, mis manos o piernas lo estaban tocando, muchas veces me vi sentándolo sobre mí, sin haberlo pensado si quiera, por suerte al moreno parecía no molestarle, lo empalagoso que podía ser a veces.

Desde mi cumpleaños, había pasado una semana y pese a las ganas que me invadían, cada vez que veía al moreno, no había buscado tener intimidad con él, quería que su cuerpo se recuperara completamente, a pesar de eso, debo asumir que disfruté enormemente ver como Gulf caminaba extraño, o como suspiraba cuando se sentaba, lo cual duro aproximadamente 3 días.

Estaba con Zee y Saint, viendo un partido del moreno, era muy placentero ver como su ágil cuerpo pasaba entre los demás jugadores y con potencia pateaba al arco, su cuerpo entero se movía tratando de mantener el balón, el mayor tiempo posible en sus pies, lo cual se le hacía ridículamente fácil, cuando hizo un gol, corrió mientras celebraba, en el momento en que saltó sobre los brazos de uno de sus compañeros de equipo y pasó las piernas por su cintura, apreté los puños.

-Nunca he entendido, por que los jugadores de fútbol, deben celebrar de esa forma, dije ofuscado, viendo como el compañero de equipo de mi novio, lo agarraba del culo para sostenerlo.

-No puedo creer, que estés celoso de eso, dijo Zee molestándome -Es bastante normal en el fútbol, esas muestras de celebración.

-Aún así me molesta, dije cruzándome de brazos.

Cuando quedaban cerca de 10 minutos para que el partido acabara, el entrenador cambio a Gulf, para que descansara, este salió entre aplausos de la cancha, con lentitud caminó hasta la banca que estaba frente a nosotros, cuando nos vio nos saludó con una sonrisa y se sentó, bebió agua y se dedicó a ver lo último que restaba de enfrentamiento.

Apenas sonó el silbato, se dirigió a la cancha para celebrar la victoria, de pronto un jugador del otro equipo se acercó y le susurró algo al oído, a los segundos el moreno estalló en carcajadas, de pronto asintió y como si nada se quitó la camiseta y se la entregó al muchacho que hacía lo propio con la suya, después de un par de risas más se despidieron, el moreno caminó con la camiseta de su rival en la mano y después de tomarse unas fotos con las animadoras de la facultad, las cuales casi le habían babeado encima, fue hasta su bolso tomó una polera limpia y se la puso, cuando llegó hasta nuestro lado lo abracé de inmediato, pegándolo a mi cuerpo, quería que todos quienes se lo habían comido con la mirada, supieran que era mío.

-Amor, estoy sudado, dijo tratando de alejarse de mi -Huelo mal, suéltame.

-Jamás, dije pegándolo más a mi cuerpo, con una sonrisa vi como se resignaba al hecho de que no lo soltaría, cuando íbamos saliendo del campo de fútbol, Saint habló.

- ¿El jugador con el que intercambiaste tu camiseta, era Bright?, dijo mirando al moreno.

-Si, dijo este sonriendo.

-Hace mil años que no lo veía, dijo Saint con una sonrisa - ¿No estudiaba en otra universidad?

-Se cambió este semestre, dijo el Moreno, soltando mi mano para beber agua -No lo reconocí al principio.

-Si está muy cambiado, dijo Saint -Sigue siendo muy talentoso.

- ¿Viste sus músculos?, dijo Gulf con una sonrisa -Ya no es el crío delgado del pasado.

Y de pronto la conversación se tornó extraña, parecía que ambos amigos estaban muy interesados en ese tal Bright, cuando miré a Zee, me di cuenta que el pensaba lo mismo, nuestros novios siguieron hablando durante demasiado tiempo de otro hombre, haciendo que nuestro ánimo decayera profundamente.

El amor todo lo curaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora