El favorito de ambos

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Desperté por la ausencia de calor en mi cuerpo, un poco desorientado vi que aún era de noche, me giré y vi a mi bebé acostado a mi lado, estaba con los ojos abiertos chupando su manita.

Acerqué mi dedo a su mano y de inmediato empezó a jugar con el - ¿Por qué estas despierto a esta hora? ¿Dónde está mami?

En ese momento un silencioso Gulf, venía entrando con leche para el pequeño, cuando se sentó en la cama me habló - ¿Te desperté?

-Si, cuando no sentí tu calor, dije acomodando las almohadas para que quedara cómodo, era increíble lo bello que se veía Gulf, dando de comer a nuestro hijo, ahora viéndolo despierto a las 4 am, para alimentar al pequeño Mew, lo amaba más - ¿Estas cansado?

-Extrañamente no, dijo mientras miraba al pequeño -Vuelve a dormir amor, te ves agotado.

-Haremos un horario, dije apegándome a su costado -No quiero que te lleves, todo el trabajo solo.

-Mañana organizaremos todo lo que quieras, ahora descansa, dijo besando mi mejilla.

Aspirando su aroma me quedé dormido en su hombro, de ahí en más nunca funcionó la planificación, Gulf no permitía que yo hiciera nada en la noche, su argumento era que yo trabajaba y debía estar descansado, sin embargo había acortado mis horas de oficina y pasaba toda la tarde en casa con ellos, en esos momentos yo me hacía cargo de todo y Gulf aprovechaba para descansar, hacer ejercicios o ir a jugar a la pelota, sin darnos cuenta habían pasado 8 meses desde la llegada de Mew a nuestras vidas y todo era perfecto.

Salí de la oficina y esperaba llegar pronto a casa, hoy había tenido más trabajo que de costumbre, así que eran casi las 8 de la tarde, con cansancio puse en marcha el auto, quería llegar y ver a Gulf y a mis pequeños.

Apenas abrí la puerta de la casa, vi a Gulf sentado en el piso, motivando a que Mew gateara hasta el, mi pequeño se tambaleaba un poco, pero era tan arriesgado y valiente, que se lanzó, dando un gritito divertido, llegó hasta los brazos de mi marido, el cual lo esperaba con orgullo.

-Eso es pequeño, dijo besando sus mejillas -Tu padre, se sentirá orgulloso de ver lo capaz que eres.

-Claro que estoy orgulloso, dije tomando al pequeño y haciéndolo girar, su risa era contagiosa y muy alegre, dejándolo de nuevo en el suelo me senté a unos metros de el -Ven con papi amor.

Bastó eso, para que gateara hasta mí, ya no temblaba tanto y lo hacía más rápido que antes, con amor lo abracé cuando llegó a mis brazos, era fabuloso como pasaba el tiempo, Mew era una mezcla extraña, tenía sin lugar a dudas muchas de mis facciones, pero los labios y sonrisa de Gulf.

-Aprovecha y dale de cenar, dijo mi marido colocando una papilla en la mesa, asintiendo me puse de pie con mi pequeño en brazos y lo senté en su silla, con rapidez me lavé las manos y me dispuse a alimentarlo, cuando quedaba poco en el plato, el pequeño se puso a jugar con la comida, mordía la cuchara y no comía.

-Mew jongcheveevat, no juegues con la comida, dijo Gulf limpiándole la boca y dándole lo último que quedaba.

-Cuando te escuchó, es como si fuera yo el regañado, dije sentando a Gulf en mis piernas y besando su cuello -Que nuestro hijo se llame como yo, genera confusión.

-Pórtate bien y no tendrás que ser regañado, dijo el girándose y quedando frente a mi rostro -Calentaré la comida, para que cenemos.

-No sólo la comida, calentaste cielo, dije acariciando su trasero.

-Eres un insaciable, ayer me hiciste el amor dos veces Mew, dijo este poniéndose de pie y yendo a la cocina - ¿Sabes lo que me costó, abrir los ojos y levantarme hoy?

El amor todo lo curaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora