Perdiendo la cabeza

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Mientras miraba por la ventana del salón, recordaba los eventos de la noche anterior, luego de que Gulf había decidido que masturbarnos desde lejos, no era suficiente, yo era el hombre más feliz del mundo, ver el rostro de placer de Gulf era magnifico, pero sentir su piel contra la mía, era divino.

La primera vez que lo hicimos estaba sorprendido, me había esposado literalmente a la cama, había soportado bien el no poder tocarlo, mientras me besaba y practicaba sexo oral, pero no pude aguantar mucho, ya que, me volvía loco ver su espalda y como sus caderas se movían sobre mi cuerpo, mis muñecas dolían ya que, había intentado muchas veces soltarme, yo sólo quería tomar esas caderas con mis manos y guiar el ritmo, para que nuestros miembros se siguieran frotando, por eso me atreví a pedirle que me soltara, pero cuando vi su reacción de incomodidad, me arrepentí de haberlo hecho, esto que estaba pasando era un gran esfuerzo para Gulf y lo hacía únicamente por mí, por eso con rapidez hablé explicándole que sólo quería tocarlo y que el seguiría teniendo el control sobre todo.

Cuando pude tomar sus caderas, me sentí en la gloria, definitivamente yo debería haber salvado al mundo en mi vida pasada, ya que, era la única forma de explicar porque era tan malditamente afortunado.

Quizás Gulf nunca sabría lo tentador, sensual y sexual que era, su cuerpo entero invitaba al pecado, y yo me aseguraría que nunca nadie lo viera, el sería eternamente mío, el orgasmo me pegó tan fuerte, que produjo un cortocircuito en mis neuronas, dejándome la mente en blanco por minutos, por inercia abracé el cuerpo de mi pareja, y sin saber más de mí, me quedé dormido, con el olor de Gulf metido en mi piel.

Después de esa vez, lo habíamos hecho muchas más, Gulf me dejaba abrazarlo, besarlo y hasta morderlo, mientras generalmente el nos masturbaba, aunque también a veces lo hacía yo.

-Esa cara da susto, dijo Lhong sentándose a mi lado y sacándome de mis placenteros recuerdos - ¿Por qué tan feliz?

-No te lo diré, dije sacándole la lengua -No debes ser tan curioso amigo.

-Sabes que me encanta meter la nariz en tu vida, dijo guardando sus cosas - ¿Vamos a almorzar?

Asentí poniéndome de pie, sabía de sobra que Lhong me estaba reclamando por mi falta de tiempo para él, antes de salir con Gulf, la mayor parte del tiempo, la pasábamos juntos -Te invitaré yo la comida, dije viendo como sonreía.

Llegamos al lugar favorito de Lhong y pedimos, mientras esperábamos, mi amigo comenzó a hablar - ¿Cómo van las cosas con Gulf?

-De maravillas, dije tomando de mi Sprite - ¿Por qué lo preguntas?

-Investigué un poco de él, dijo Lhong con una sonrisa -Atleta, excelente alumno, un casanova, tenía a las chicas locas por él, pero sabes lo extraño, me dijeron que no le gustaban los gays, de hecho, una vez en el campus, golpeó a uno que lo tocó.

- ¿Dónde escuchaste eso?, dije enarcando una de mis cejas, siempre había odiado los rumores.

-Tengo amigos en su facultad, dijo encogiéndose de hombros - ¿Por qué estás con el Mew?, ni siquiera es tu tipo ideal de hombre.

- ¿Por qué me estás diciendo esto?, dije un poco molesto, por la forma en que se refería a Gulf.

-Simple curiosidad, dijo tomando mi mano -No te enojes, es sólo que el no se ve como tus ex, generalmente te iban los chicos dulces y pequeños.

-Gulf es mucho más, de lo que yo buscaba, dije suspirando mientras nos servían la comida -No sabía lo que quería hasta que lo conocí, el me complementa Lhong, lo amo y me importa muy poco lo que la gente piense o diga de él.

El amor todo lo curaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora