¿Nunca habéis deseado escapar cuando las cosas se han puesto difíciles? Cuando el corazón duele como miles de puñaladas, se te cierra la garganta y el pecho arde como si un incendio hubiera arraigado dentro de ti, cuando el llanto no es suficiente para calmar todo el peso impuesto en tu alma, cuando todo parece ir en tu contra, cuando todos te dan la espalda o te encuentras solo en la más absoluta oscuridad, sencillamente cuando la esperanza se desvanece de tu pensamiento y corazón anhelantes, quizás se pueda huir, huir de todo, esa palabra es un poco fuerte pero es la única válida, la única que define a la perfección ese deseo egoísta.
Lo queramos o no los humanos siempre deseamos más de lo que tenemos, siempre queremos más, algo que sacie nuestra soledad, no estas diciendo que tu vida sea mala, ni mucho menos, solo es aburrida y como a todo el mundo le pasa siempre hay algo que te hace daño, inmersa en estos pensamientos no pudiste escuchar que alguien te llamaba.
- ¡_______(t/n) _________(t/a)!
Grita tu profesora de geografía e historia, una mujer que a sus cuarenta y pocos mal llevados es poco agradable y muy estricta, con miles de canas por su corta cabellera negra, sobrepeso que intenta ocultar con varias capas de ropa, nariz de gancho y unos ojos verdes pequeños, que gracias a ellos se cree más de lo que es, se piensa que por tener bonito color de ojos es todo un bellezón, en resumen, tenía el aspecto de toda una bruja de cuento de hadas.
- ¿¡Me estabas escuchando?! -te replica -
- ¿Sí?
Murmuraste con la esperanza de que no te preguntara de que estaba hablando, pero tus esperanzas se desvanecieron en un instante.
- ¿Y que estaba diciendo señorita _________(t/a)?
Miraste la pizarra deseando que esta te proporcionara una pista de lo que te habían preguntado, una búsqueda sin éxito, no estaba ni escrita la fecha de hoy y por ello te rendiste ante tu destino.
-No estaba atenta, perdón profesora Dolores.
-No me bastan tus disculpas, tienes dos horas de castigo después de clases.
Suspiraste agotada de solo pensar que tenías que pasar dos horas más en el instituto, eso sí que era sufrimiento. Pasaron tus seis horas correspondientes de la mañana y te diriges al aula de castigo, la que se encuentra en el otro edificio del recinto; la 2-D. En ella se encontraba tu encantadora profesora de historia y dos alumnos más, un chico alto de 1'70 aproximadamente de cabello corto plateado y ojos café, el cual dormía como si estuviera en su casa recostado sobre el escritorio dejando caer un hilo de baba sobre la mesa y en el otro extremo había una chica, con los ojos claros y el pelo rojo intenso que le llegaba por los hombros, ella se limitaba a garabatear en su cuaderno, no era de extrañar que hicieran lo que quisieran, en cuanto la profesora se sentaba se quedaba profundamente dormida y roncaba como un ogro salvaje. Dicha chica no paraba de mirarte todo el tiempo, lo que te hacía sentir incomoda.
- ¿Qué tanto miras? -dices en un tono borde -
-Nada, solo quería dibujarte, pero no me sale bien.
Responde calmada, mientras te enseña lo que había dibujado, no era algo excepcional, pero a decir verdad tampoco era un estropicio. Te levantas del asiento y te sientas a su lado.
-Solo se dibujar manga, pero a lo mejor te gusta y te ayuda. - comentas -
Se limitó a mirarte y a asentir emocionada con la cabeza, le enseñaste lo básico y le hiciste un dibujo de ella en anime.
-Me llamo Haíra Axely. - explica -
-_______(t/n) _________(t/a)
Sin que pudierais decir nada más el timbre sonó y salisteis de allí despidiéndoos con una sonrisa. Te disponías a tomar el mismo camino de siempre para llegar a casa, cuando mediante el trayecto notaste como si alguien te observara, giraste sobre tus talones y guardaste silencio durante unos segundos, pero nada, no vite, ni oíste a nadie, lo que era inquietante porque sin poder explicarlo algo te decía que estabas siendo perseguida. Comenzaste a correr, entonces lo escuche, pasos acelerados que te perseguían, giraste velozmente por un callejón, estaba demasiado oscuro, y para tu mala suerte tropezaste y te clavaste varios cristales de botellas rotas, dos en la rodilla izquierda y uno en la mano derecha, los arrancaste sin pensarlo, no tenías tiempo para andarte con rodeos, miraste atrás un segundo para comprobar si seguían siguiéndote y ese segundo basto para que todo tu cuerpo temblara de terror, una sombra espeluznante que de su cuerpo segregaba sangre, con unos brazos huesudos y uñas afiladas se aproximaba raudo y veloz hacia ti, huiste, hasta encontrar una pequeña tienda frente a ti, en la cual entraste, esta estaba desordenada con miles de cosas por en medio lo que te facilito un lugar para esconderte, detrás de un estante lleno de frascos de cristal con formas raras y deformes.
Guardaste el máximo silencio, ni siquiera te atrevías a respirar, tenías que hacer algo para salir de allí, tenías que escapar como fuera; algo empujo el estante y de él cayó un pequeño frasco sobre tus piernas, en el parecía como si contuviera todo un universo, llevaba una etiqueta que decía; si de algo quieres huir solo lo tienes que abrir, pero el pacto será eterno y él siempre permanecerá unido a ti, dale tu sangre y todo quedará sellado, y en un instante todo quedará solucionado. No entendías a lo que se refería, pero eso no importaba en ese momento, pues te percataste de que habías dejado un rastro de sangre y esa cosa te había encontrado, esta se disponía a atacarte y ante la desesperación y tu pensamiento de no querer morir abriste el frasco dejando caer la sangre de tu mano en él. Este se rompió a pedazos y dejo salir una bestia enorme de pelaje rojo y ojos carmesí brillantes, ¡era un lobo! Y sin darte tiempo a asimilar lo que estabas viendo la bestia devoró a tu agresor de manera violenta y sangrienta sin dejar nada de lo que fuera aquello.
El lobo se giró hacia ti con un porte elegante y aterrador, sus penetrantes ojos, que parecían perdidos y su gran tamaño te hicieron reflexionar sobre que tu salvador no era un lobo común y ahora que te fijaba tenía alas, dos colas y dos cuernos que le salían por encima de los ojos.
Un gran dolor irrumpió tus pensamientos, de tu mano derecha comenzó a salir fuego que se expandió por toda tu columna vertebral atravesándote el brazo hasta llegar a al cuello, era tan intenso el dolor que sentías que tu cuerpo no aguantaría más y te desmallaste.
Al abrir los ojos estabas de nuevo en tu habitación y sentías un agradable calor en el pecho, al quitar la sabana que te cubría encontraste al "lobo" durmiendo sobre tu pecho, solo que había encogido, no era más grande que tus dos manos juntas, y tu cama estaba manchada por tu propia sangre, por suerte tu padre estaba trabajando y tu madre haciendo quien sabe qué.
-Asique...no fue un sueño.
Estando aun confusa y medio dormida dejas en la cama al pequeñín y te metes en la ducha, cuando fuiste a alcanzar la toalla lo viste, tenías una especie de tatuaje en la mano que se parecía a la criatura que dormía en tu cama, te envolviste en la toalla y saliste de la ducha y como si no fuera suficiente lo confusa que estabas ya, al ver tu reflejo pudiste observar que tenías otro tatuaje en forma de llamas negras que te recorría toda columna y envolvía tu cuello. Agitada y confusa comprobaste todo tu cuerpo por si encontrabas otra sorpresa no deseada, ninguna más, por suerte. Te vestiste con un chándal y en silencio te sentaste en el sofá del salón echándote las manos a la cabeza.
- ¿Qué coño está pasando? No entiendo nada, primero me persigue una especie de monstruo y por lo que parece he hecho un pacto con el diablo para salvar mi vida, el cual está durmiendo en mi cama y por alguna razón tengo estos tatuajes extraños, si...todo normal, como cualquier día de cualquier persona normal.
Te vino a la mente la idea de que aquella criatura que dormía en la cama podría devorarme en cualquier momento como hizo con tu agresor, después de todo no sabías lo que era, ni como había llegado a tu habitación, ni como tus heridas se habían curado sin más y unos extraños tatuajes aparecieron en tu piel; no notaste que la pequeña bestia se había acurrucado a tu lado hasta que sentiste su calor en el muslo derecho, lo miraste y automáticamente él hizo lo mismo, no podías explicar lo que pasaba, lo único que tenías claro en ese momento y sin saber porque era que la pequeña criatura no te haría daño, y que os quedaríais el uno al lado del otro hasta el fin de vuestros días.
La alarma de tu móvil te saco de aquel momento, esta indicaba que quedaban cinco minutos para ir a clase, para ello tendrías que ocultar los tatuajes de tu piel y procurar que tus padres no supieran del pequeño, una tarea difícil, ya que no sabias ni que comía.
Estaba claro que no llegarías a la primera hora de clase y tenías que procurar por lo menos llegar a la segunda hora, sino tu querida profesora Dolores llamaría a tus padres y eso no te convenia ahora en lo absoluto.
Te colocaste una camiseta de tirantes y una bufanda fina junto a unos guantes que dejaban ver tus dedos, era verano por eso no sería muy inteligente por tu parte ir muy de largo, llamaría demasiado la atención; ya ocultadas las evidencias de aquel encuentro, solo quedaba tu acompañante.
- ¿Qué te parece si te pongo un nombre?
Le preguntaste como si te fuera a contestar como un ser humano, pero este asintió con la cabeza.
- ¿¡Me entiendes cuando te hablo?! -gritaste sorprendida -
Volvió a asentir de manera alegre.
Lo agarraste y te puse a dar saltos con él en las manos por todo el salón de la ilusión que me hizo que pudiera entenderte era algo sorprendente, mágico y excitante.
- ¡Eres asombroso Kirishima!
Sin darte cuenta le asignaste un nombre, se sentía familiar, como si ya lo hubieras pronunciado antes y Kisishima lo sabía por la forma en la que te miraba y por un momento pudiste notar como su expresión se entristeció, pero no dejo notarlo por mucho tiempo.
Ahora habías quedado unida a él para siempre sin saberlo, un hilo invisible os conectaba y unía, formasteis una relación profunda cuando decidiste darle un nombre. Una gran aventura llena de Alphas, Omegas y Betas acababa de empezar y tú te habías convertido en la protagonista del mundo de Kirishima.
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La unión de la sangre. (Kirishima X Tú)
Fanfiction⚠️ ADVERTENCIA DE 🍋🍋🍋 Esta historia está ambientada en el mundo de alphas y omegas. A excepción de que tiene toques de fantasía y algún que otro cambio para darle emoción a la historia. Te encuentras en el mundo normal en que es común ir a clase...